Según la segunda Encuesta Nacional de Satisfacción de Usuarios en Salud en el Perú, un paciente puede esperar en promedio de hasta diecinueve días para ser atendido. ¿Cómo sería con teleconsultas? Cuestión de minutos.
En los últimos setenta años, el Perú se ha transformado de una población predominantemente rural a una población principalmente urbana, pasando de más del 60 % del predominio rural a menos del 25 % (Instituto Nacional de Estadística e Informática, 2014). En la actualidad, hay más de 30 millones de personas en el país, con distribución similar masculina y femenina, concentrada en las cinco mayores ciudades del país (Instituto Nacional de Estadística e Informática, 2014), manteniendo aún más de 7 millones de personas como población rural. Cambios importantes en la demografía de la población sin recursos adecuados para superar sus dificultades y desafíos, colocan al Perú en una posición difícil para enfrentarse a retos importantes en cuanto a la centralización de los recursos, la concentración de servicios de salud y las diferencias culturales y los enfoques de salud en las comunidades.
En este sentido, la telemedicina toma un rol fundamental en el desarrollo de la salud en el país y en la disminución de las brechas sociales. Aunque son pocas las definiciones formales y consensuadas de telemedicina, esta incluye todas las estrategias de diagnóstico, monitoreo, consulta, seguimiento, entre otros, que se hace entre un profesional de la salud y un paciente, sin encontrarse en una consulta presencial. Es por ello que la Organización Mundial de la Salud, en su reporte acerca del horizonte de la salud móvil basada en la segunda Encuesta Mundial sobre la Salud Electrónica (eHealth), ratifica la importancia de la tecnología para la salud, con especial énfasis en la salud móvil (mHealth). Hay aproximadamente cinco billones de personas en el mundo con suscripciones a aparatos telefónicos. Asimismo, el 85 % de la población mundial tiene cobertura de Internet inalámbrica comercial. Increíblemente, en países en vías de desarrollo las redes de telefonía celular e Internet sobrepasan en infraestructura y rapidez de implementación a las carreteras o la electricidad.
La Organización Internacional del Trabajo, en un esfuerzo coordinado con EsSalud, encontró en una investigación el 2011 que el 40.5 % de los pacientes que presentaban algún tipo de problema de salud consideraban que no era necesario buscar atención médica. El 27.9 % de los pacientes utilizaron tratamientos alternativos y el 15.3 % no solicitó atención médica alguna. Aquellos pacientes que evitaban la atención médica lo hicieron porque la institución estaba lejos de ellos, pensaban que les tomaría mucho tiempo ser visto o no tenían confianza en los médicos (Cetrángolo et al., 2013). La necesidad de acercar al paciente a los profesionales de salud es evidente y la telemedicina es una herramienta potente que nos puede ayudar a lograrlo.
Por más de treinta años, Michael Porter ha hablado de la importancia de la nueva tecnología de la información y ha explicado cómo transforma la naturaleza de los productos, procesos, empresas e industrias (Porter, M. y Millar, V. 1985). La tecnología de la información abarca la información que se crea en cualquier organización y también las tecnologías que la procesan. En las últimas décadas, esta ha cambiado realmente cada industria, incluyendo la salud. Toda la información puede utilizarse no solo para mejorar los sistemas de los proveedores de atención médica (Electronic Health Records, Big Data Analysis, Inteligencia Artificial), sino también para apoyar a los pacientes con herramientas que les permitan acercarse a su salud. Además, existe una gran oportunidad para que las comunidades desfavorecidas y los países subdesarrollados creen programas basados en datos guiados por la tecnología de la información, convirtiéndose en una herramienta poderosa para llevar a cabo iniciativas conjuntas para mejorar la salud comunitaria y la calidad de vida.
Aún existen temas de importancia por resolver, como la seguridad de la data, la privacidad de los pacientes y la legislación que pueda acompañar a este desarrollo tecnológico. Sin embargo, para poder transformar la salud en un marco de tanta necesidad como la de nuestro país, la telemedicina puede cumplir un rol fundamental como herramienta para la mejora del sistema y el acercamiento del paciente al profesional que necesita.
Dr. Abraham Abramovitz
Médico de la Universidad Peruana Cayetano Heredia
Máster en Salud Pública por la Universidad Johns Hopkins
Cirujano plástico y reparador del Instituto Ivo Pitanguy
Fundador y CEO de Doktuz