Los investigadores han invertido mucho tiempo estudiando a las personas que presentan una actitud positiva. Los descubrimientos evidencian que una actitud positiva ayuda a la gente a ser feliz, tener más éxito y ser más sana. Así lo afirma Nemours TeensHealth.
La ciencia está demostrando que afrontar el día a día pensando que pasarán cosas buenas es beneficioso para la salud. El optimismo puede proteger a las personas de la depresión y permitir que resistan más el estrés. En ese sentido, la gente puede llegar a vivir más años.
El estudio “Optimism is associated with exceptional longevity in 2 epidemiologic cohorts of men and women”, publicado por la Universidad de Medicina de Boston, ha demostrado, tras varias décadas de investigación, que el vivir de manera optimista está asociado a una mayor longevidad.
Después de un proceso investigativo que se alargó durante 20 años en las mujeres y 30 en el caso de los hombres, para evaluar su nivel de optimismo, se determinó que los individuos más optimistas vivieron, de media, entre un 11 y un 15 % más.
Específicamente, el 25 % de las mujeres más positivas de la muestra tenían una probabilidad de vivir un 15 % más alta. Esta relación obtenida entre pensamiento positivo y longevidad también existe en el caso de los hombres. No obstante, es más baja. Los optimistas tienen una probabilidad del 10,9 % de alargar su tiempo de vida.
El estudio también revela que las mujeres optimistas tienen más probabilidades que las pesimistas de vivir hasta los 90 años, un tiempo considerado como longevidad excepcional por los investigadores. Esto debido a que el promedio de vida de las mujeres en los países desarrollados es de unos 83 años.
Cabe resaltar que en este estudio se tuvieron en cuenta los datos de edad y otros factores de enfermedad, nivel educativo o hábitos saludables.
Mirar siempre el lado positivo
Nemours TeensHealth explica que el optimismo va más allá de ver el lado bueno de una situación o de esperar que sucedan cosas buenas. Esta actitud es una manera de explicar lo que ya ha ocurrido.
Cuando sucede algo bueno, los optimistas piensan en lo que hicieron para que esa situación resultara positiva. Esta capacidad se caracteriza por ser permanente y estable, por lo que siempre se está pensando en la manera en que esto puede llevar a otras cosas buenas.
Algunas personas nacen con un temperamento optimista. Sin embargo, el optimismo también lo determinan las vivencias a lo largo del tiempo. Se puede aprender a ser optimista observando a las personas del entorno, adoptando nuevas maneras de pensar, y practicando nuevos hábitos.