A nivel mundial el VPH es responsable virtualmente del 100% de los CaCu, 88% de cánceres anales, 70% de cánceres vaginales, 43% de cánceres vulvares, 50% de cánceres de pene, 45% de cánceres orofaríngeos y de casi todos los casos de verrugas genitales y de papilomatosis respiratoria recurrente(1).

Hoy en día se reconoce que hay una carga elevada de enfermedad por VPH entre hombres y mujeres a nivel mundial, estimándose 530,000 casos nuevos anuales de cáncer cervical en las mujeres y unos 16 millones de verrugas genitales en ambos sexos, así como un incremento de casos de cáncer anal y cáncer orofaríngeo, este último principalmente en varones(2).

Frente a este panorama fueron creadas 2 vacunas profilácticas, una bivalente y una tetravalente, basadas en partículas similares al virus (VLP), recombinantes, que usaron la proteína L1 de la cápside. Ambas conteniendo los tipos 16 y 18 que causaban el 70% de los cánceres cervicouterinos, y la tetravalente adicionalmente con los tipos 6 y 11 que causaban el 90% de las verrugas genitales.

Los estudios pivotales de ambas vacunas mostraron una eficacia para prevenir neoplasia intracervical (NIC) 2/3 y adenocarcinoma in situ (AIS), en mujeres de 15 a 26 años, para los tipos de VPH incluidos en cada vacuna, de 93% (80%- 98%) para la bivalente y de 98% (93%-99.8%) para la tetravalente. Además la tetravalente demostró eficacia para prevenir neoplasia intravulvar (NIV) 2/3 y neoplasia intravaginal (NIVa) 2/3 del 100% (83%-100%) y para verrugas genitales por los tipos 6/11 del 99% (96%- 99.9%)(3).

Estudios adicionales en mujeres de 24-45 años “naive”, con la vacuna tetravalente, mostraron una eficacia para infección persistente, NIC y lesiones genitales externas, relacionados a VPH 6/11/16/18, de 89% (78%-95%)(4). Adicionalmente ambas vacunas demostraron eficacia del 100% en mujeres previamente infectadas (seropositivas, PCR negativas).

El año 2011 se publicaron los primeros estudios de eficacia en varones de 16 a 23 años, con la vacuna tetravalente, en la prevención de lesiones genitales externas relacionadas con los VPH incluidos en la vacuna siendo esta del 90.4% (69%-98%)(5) y en varones de 16 a 26 años que tenían sexo con varones, en enfermedad anal con una eficacia de 77.5% (40%-93%)(6). Actualmente los estudios hechos en países nórdicos, con cohortes de adolescentes de 9 a 15 años, de ambos géneros, con vacuna tetravalente ha mostrado en mujeres, con apego al protocolo, seguidas durante 8 años, una efectividad por tipo de lesión del 100% no habiéndose observado casos de NIC de cualquier grado, AIS, cáncer de cuello uterino, lesiones genitales externas ni de infección persistente relacionados a VPH 6/11/16/18. En varones también la efectividad fue del 100% no habiéndose documentado infección persistente ni lesiones genitales externas(7).

Hoy si se considera que el VPH 16 ocupa el primer lugar en el ranking de VPH aislados en diferentes tipos de cáncer que incluyen cérvix, vulva, vagina, pene, ano y cabeza y cuello podemos esperar que una vacuna que contenga VPH 16 pueda tener eficacia en varios sitios simultáneamente(8). Sin embargo, la variedad de VPH oncogénicos obligó a desarrollar una nueva vacuna, esta vez nonavalente, que incluía los 7 primeros VPH responsables de cáncer cervicouterino (16, 18, 31, 33, 45, 52, 58) y los VPH 6 y 11.

Esta vacuna ha mostrado una eficacia para los 5 tipos de VPH adicionales (31, 33, 45, 52 y 58) de 96.7% (80.9%-99.8%) para prevenir NIC 2/3+, AIS, NIV 2/3 y NIVa 2/3 y de 96.3% (79.5%- 99.8%) para prevenir NIC 2/3+, AIS y Cáncer de cérvix. Con esta nueva vacuna se ha incrementado la cobertura en un 20% para cáncer cervical y en un 30% para NIC 2 y 3, respectivamente(9).

Finalmente, luego del inicio de la vacunación, se han observado los siguientes beneficios: 1) Efectividad de casi 100% para prevenir infección persistente(10). 2) La casi desaparición de las verrugas genitales, en el programa de vacunación en Australia, en mujeres < 21 años y en varones heterosexuales, como efecto de rebaño, con vacuna tetravalente(11). 3)

El impacto de ambas vacunas en la reducción de lesiones precancerosas cervicales de alto grado (NIC 2+) relacionados con VPH 16/18, a partir del segundo año postvacunal, incrementándose la efectividad año tras año(12,13). Queda pendiente demostrar la reducción de lesiones cancerosas para lo cual tendremos que esperar con optimismo entre 5 y 10 años más.

 

Dr. Eduardo Chaparro Dammert
Pediatra
Pdte. de la Asoc. Peruana de Vacunología
Miembro de la Soc. Latinoamericana de
Infectología Pediátrica
Médico Asistente del Dpto. de Pediatría del
Hospital Nacional Cayetano Heredia