El trastorno por déficit de atención con hiperactividad (TDAH), se caracteriza por un nivel inadecuado de atención, impulsividad e hiperactividad que, según los criterios actuales, se manifiestan antes de los 7 años de edad. La prevalencia se ha estimado entre el 5% y 12% de los niños en edad escolar, de los cuales entre el 60% y el 85% continúa cumpliendo con los criterios de inclusión en la adolescencia. La prevalencia en el adulto se estima en 4,4%. Durante la niñez, los hombres tienen 2,5 veces más diagnósticos que las niñas. Estudios en familias y en gemelos han demostrado que el TDAH es heredable, con mayor fuerza para impulsividad e hiperactividad que para inatención. Se ha confirmado la asociación de TDAH con genes del receptor de dopamina D4 (DRD4) y trasportador de DA DAT, y la presencia de distintos perfiles neuropsicológicos como función de genotipo D4. Se estima que la genética contribuye en el 80%, otros factores etiológicos son; consumo de alcohol y tabaco en el embarazo, fenilcetonuria, niños con hipotiroidismo congénito, prematuridad, hipoxia neonatal, trauma encefálico, meningitis, reacciones inmunes post infecciosas, exposición a plomo y  deficiencia de hierro.

Hallazgos estructurales en TDAH; la corteza pre frontal (CPF) adquiere una relevancia particular en el déficit atencional, ya que estudios de imagen indican que los pacientes generalmente tienen volúmenes más pequeños, especialmente al lado derecho. Las lesiones de la CPF producen síntomas similares  al déficit atencional. Otras alteraciones; disminución del 2% al 3% del volumen total del encéfalo y disminuciones más específicas del núcleo caudado y algunas regiones del cerebelo.

La comorbilidad se asocia a depresión (inicio tardío), ansiedad (inicio precoz), baja autoestima, la presencia de tics implica la pesquisa de un síndrome de Giles de la Tourette. 

El electroencefalograma (EEG), es generada básicamente por la suma de actividad eléctrica de distintas poblaciones neuronales, con una modesta contribución de las células gliales. La actividad electroencefalográficas se divide, según la frecuencia de los potenciales, en cuatro grupos que se designan en letras griegas; alfa (8 a 13 ciclos por segundo o Hz), beta (sobre 13 Hz), theta (4 a 7 Hz) y delta (bajo 4 Hz).

Aunque el EEG, no se menciona en el DSM IV, las alteraciones del EEG, son características frecuentes, la anormalidad más encontrada fue la desaceleración difusa generalizada y/o intermitente, fuera de los límites normales para la edad cronológica, en 30% a 60% de los casos. Las alteraciones en el EEG, tienden a desaparecer con la edad avanzada. Varios autores atribuyen importancia pronostica de los hallazgos del EEG, particularmente en predicción a la respuesta terapéutica con medicamentos estimulantes. Pero los resultados fueron contradictorios, con los informes de bueno, malo o ninguna relación entre los EEG anormales y la respuesta terapéutica. El hallazgo electroencefalográfico más consistente fue el aumento de potencia de onda theta relativa en grupos de TDAH.

Artículos relacionados con la utilidad del electroencefalograma en TDAH: 

  • Muestra de 196 pacientes con diagnóstico de TDAH; 88 niños y 108 adolescentes. De los cuales el 55%, presentó anormalidades en el EEG tradicional y 87% en el EEG cuantitativo. Las fuentes anormales fueron 67% frontales, 33% parietales y 61% hemisferio derecho. En los niños predominaron las fuentes, en la banda theta. Y EN los adolescentes en la banda alfa…(Revista Mexicana de Neurociencias Abril¡-2009)
  • No se encontró correlación entre el mal aprovechamiento escolar y EEG anormal. El EEG es el mejor estudio para determinar si existen focos epileptogenos, aunque no se presenta correlación clínica, la localización más frecuente de las anormalidades en un EEG de paciente con TDAH, se presenta en el lóbulo temporal. (Curso Internacional de Neuropediatría 2011 )
  • Muestra de 56 menores, entre 7 y 14 años, todos con diagnóstico de TDAH, de los cuales

el 64,29%; se identificó un perfil electroencefalográfico de aumento de ondas theta, y decremento de los ritmos beta y gamma. (Revista de Psicología Clínica-Universidad de Sevilla – 2015 ).

  • En el Instituto Especializado de Ciencias Neurológicas del Perú, se indica EEG convencional a niños con TDAH, para evaluar maduración de ritmos de base (parámetros electroencefalográficos según edad del paciente) y descartar descargas epileptiformes. En la estadística personal, la anormalidad electroencefalográfica que predominó fue; mala maduración de los ritmos de base y descargas tipo espiga en zonas temporales. (Licenciado Tecnólogo Médico en Neurofisiología; Rubén Romero IECN del Perú).

En el diagnóstico, puede involucrar la participación de psicólogos clínicos, psiquiatras infantiles, pediatras del desarrollo o de la conducta o neurólogos conductuales. El primer paso que debe seguir el profesional es recopilar la información que permita descartar otras posibles causas de los síntoma de TDAH que puedan incluir síntomas de ansiedad o depresión y los trastornos médicos que puedan afectar las disfunciones del sistema nervioso central, como convulsiones del lóbulo temporal. El diagnostico se realiza utilizando los criterios DSM IV.

Teniendo en cuenta la variedad de etiologías en TDAH,  neuroanatomía de proceso atencional, comorbilidad, y otros trastornos médicos  se  debe  considerar  la solicitud de  exámenes;   neurofisiológicos (Electroencefalograma), séricos, neuropsicológicos. Y en casos particulares; neuroimágenes.

 

 

Dr. Javier Luis Huamani Melgar

Médico Neurólogo – Hospital de la Solidaridad

Director Médico del Centro Neurológico Especializado “Neurología Digital”

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