El Programa de Servicio Rural y Urbano Marginal de Salud (SERUMS), una iniciativa dirigida por el Ministerio de Salud del Perú, tiene como misión fundamental facilitar la atención médica en zonas rurales y urbanas marginales de la nación. Su propósito principal es destinar profesionales de la salud a diversas comunidades con el objetivo de elevar la calidad de vida de sus habitantes.
Bajo el amparo de la Ley N° 23330, esta iniciativa se ha consolidado como un prerrequisito obligatorio para aquellos médicos que buscan avanzar en su carrera, ya sea mediante una segunda especialización, asumiendo roles prominentes en el sector público, o al ser beneficiarios de subsidios estatales para enriquecer sus estudios. Sin embargo, lo que parece una oportunidad dorada de desarrollo profesional se halla hoy bajo un microscopio de creciente escrutinio y preocupación.
A lo largo de su duración estipulada de un año, el SERUMS asigna a los profesionales a regiones apartadas del país, para llevar a cabo tareas médicas de vital importancia. A su vez, esta experiencia les permite acumular puntos que posteriormente facilitan el acceso a diversos beneficios profesionales. Pero detrás de esta fachada de oportunidades, se encuentra un paisaje cada vez más conflictivo, que pone a prueba no solo la resiliencia de los profesionales, sino también su seguridad y bienestar.
De hecho, la iniciativa ha sido objeto de controversias incesantes, evidenciando una serie de falencias que hacen que la labor del SERUMS se perciba más como un obstáculo arduo que como una enriquecedora travesía profesional. Las adversidades no son menores: desde la falta de recursos hasta condiciones de trabajo precarias que no solo obstaculizan la labor profesional, sino que crean escenarios altamente peligrosos.

La alarmante frecuencia de accidentes fatales y, en los peores casos, decesos directamente relacionados con las asignaciones del SERUMS, ha generado una ola de críticas y denuncias. Un dato estremecedor proviene del Coordinador Nacional del SERUMS, quien señaló que «al año, 1 de cada 3 serumistas fallece». Por otro lado, la Dra. Josefa Vásquez Cevallos, Decana del Colegio de Enfermeros del Perú, subrayó una realidad aún más sombría, revelando que “de tres enfermeras, dos denuncian abuso sexual al año”.
Esta coyuntura crítica plantea serios desafíos al sistema de salud nacional, donde parece predominar una preocupación desproporcionada por la acumulación de puntos profesionales en detrimento de una atención médica de calidad, respaldada por un equipo y recursos adecuados. En palabras del director de Investigación de la Universidad Científica del Sur, se evidencia una tendencia preocupante de otorgar mayor crédito a los escenarios más inestables, priorizando el riesgo sobre la eficiencia y seguridad.
Ante este panorama, se espera fervientemente que las autoridades pertinentes redireccionen su enfoque hacia una revisión y reestructuración profundas del SERUMS, priorizando el bienestar y la seguridad de nuestros incansables profesionales de la salud, quienes representan la primera línea de defensa en nuestra lucha continua por una nación más saludable y equitativa.
Artículo realizado por Equipo de Redacción Médica La Revista
Lima – Perú | 2023