Clásicamente se consideraba que el TDAH era un trastorno exclusivo de la infancia, y que al llegar a la adolescencia el problema tendía a resolverse como consecuencia del desarrollo del sistema nervioso central. Sin embargo, estas ideas han sido seriamente cuestionadas en las últimas décadas, al aparecer evidencias que indican que los síntomas y el impacto funcional del TDAH no siempre desaparecen al pasar a la edad adulta y que el trastorno puede persistir en más del 50% de los casos1.
Epidemiología
Un estudio realizado a nivel internacional en la población general, señala que la prevalencia del TDAH en adultos es del 3,4%2. Sin embargo, la realidad es que la mayoría de estos adultos con TDAH no están diagnosticados3. La prevalencia del TDAH en niños es del 4-12%; de éstos, dos tercios continuarán con sintomatología en la edad adulta: un 15% mantendrá el diagnóstico completo y un 50% lo hará en remisión parcial. Se han establecido como predictores infantiles del TDAH en la edad adulta la presencia de subtipo combinado, mayor intensidad en los síntomas, presencia de depresión o ansiedad comórbida, antecedentes familiares de TDAH, mayor adversidad social y psicopatología parental casos4.
Manifestaciones clínicas en la edad adulta
El TDAH en adultos presenta algunas diferencias comparado con el TDAH en niños. Lo más usual es que haya una disminución de los síntomas de hiperactividad, pero no los de déficit de atención e impulsividad5.
El diagnóstico en adolescentes y adultos resulta complicado debido a la comorbilidad, la coexistencia con otras patologías psiquiátricas6, ya que los síntomas del TDAH se pueden solapar con los de los otros trastornos como abuso de sustancias, trastornos del ánimo y los de ansiedad.
Como consecuencia de estos síntomas se produce un gran impacto en la funcionalidad del paciente que se traducirá sobre todo en lo siguiente:
- En el ámbito educacional: problemas de adaptación y disciplina, menor rendimiento académico y mayor dificultad para terminar una carrera.
- En el ámbito laboral: peor adaptación laboral, cometen más errores o descuidos en el trabajo, suelen cambiar más veces de empleo, mayores problemas de indisciplina laboral y de despidos.
- En el ámbito interpersonal: mayores dificultades en las relaciones personales y en las relaciones de pareja.
- En el ámbito de la salud: más trastornos psiquiátricos comórbidos y consumo de sustancias. También, más accidentes de tránsito, y mayor propensión a conductas de riesgo.
Diagnostico
Recién desde el DSM-III (1980) se entendía implícitamente que el trastorno podía afectar a los adultos.; pero es recién a partir del DSM-III-R (1987), cuando se plantea formalmente la posibilidad de realizar el diagnóstico de TDAH en los adultos.
Para poder realizar un diagnóstico de TDAH en una persona adulta es necesario que los síntomas del trastorno estén presentes desde la infancia. El paciente debe continuar presentando síntomas clínicamente significativos y deterioro en dos o más áreas importantes de su actividad, como el funcionamiento social, laboral, académico o familiar.
No existe ninguna prueba médica, física o genética para el TDAH. El diagnóstico del TDAH en el adulto se fundamenta en la historia clínica del paciente; por lo que el médico debe recopilar información completa y adecuada para realizar el diagnóstico. Actualmente el diagnóstico se basa en los criterios diagnósticos del Manual diagnóstico y estadístico de los trastornos mentales, 5ta edición (DSM-V)7 [ver Anexo A], o bien en los criterios de la Clasificación Internacional de las Enfermedades, decima revisión8.
Se recomienda que para una evaluación más precisa del TDAH en adultos, que ayude a lograr una mayor fiabilidad diagnostica, es necesario poder investigar los siguientes aspectos básicos4:
- Evidencias clínicas de la presencia de síntomas del TDAH en la infancia y un deterioro significativo y crónico en diferentes ámbitos.
- Aclarar si existen evidencias acerca de la relación entre los síntomas del TDAH actuales y un deterioro sustancial y consistente en diferentes ámbitos.
- Evaluar si los síntomas que refiere el paciente se explican mejor por la presencia de otro trastorno psiquiátrico o médico.
- Valorar la posible presencia de otros trastornos comorbidos con el propio TDAH.
Para evaluar bien estos aspectos, es útil poder disponer tanto de la información aportada por el propio sujeto como de la comunicada por un familiar directo. Adicionalmente, pueden ayudar en una mayor precisión y cuantificación diagnostica el uso de diversos instrumentos diagnósticos que han sido diseñados con ese propósito.
Tratamiento
Según recomendaciones internacionales de sociedades científicas y académicas, se considera que el tratamiento de los adultos con TDAH debe ser multimodal, de forma que se deben combinar las intervenciones farmacológicas con las psicológicas y las psicosociales. La psicoeducacion se considera el primer paso en el plan de tratamiento de los adultos con TDAH, y está dirigida a todos los pacientes y su entorno familiar; y luego debe ser seguida del uso racional de las diversas estrategias terapéuticas en función de las características individuales de cada paciente.
Dr. Enrique Bojórquez Giraldo
Profesor Principal de la Facultad de Medicina-UNMSM
Jefe de la Oficina de Docencia e Investigación del Hospital Víctor Larco Herrera