Las Sociedades Operadoras Callao Salud S.A.C y Villa María del Triunfo Salud S.A.C forman parte de IBT Group Perú desde el 2010, año en el que firman el primer contrato peruano de Asociación Público Privada (APP) con EsSalud.

Este proyecto surge con los objetivos de diseñar, financiar, construir, equipar, gestionar y mantener dos complejos hospitalarios (CH): el Guillermo Kaelin de la Fuente (Villa María del Triunfo) y el Alberto Barton Thompson (Callao)  —cada uno integrado por un hospital y un policlínico—.

Tras ganar un exhaustivo proceso de selección —que requería haber construido y gestionado hospitales con más de 200 camas—, las sociedades operadoras iniciaron la construcción de los centros en 2012, las cuales fueron inauguradas dos años después.

Actualmente, cada CH atiende a 250 000 asegurados de EsSalud, pertenecientes a las redes Rebagliati y Sabogal, brindando una amplia gama de servicios médicos de alta calidad.

El modelo de APP «bata blanca», instaurado en ambos complejos, incluye el diseño, financiación, construcción y equipamiento de estos, tanto como su mantenimiento y operación durante treinta años, diferenciándose así de otros modelos que no intervienen directamente en la mejora de la salud pública.

«Bata blanca» se caracteriza por implementar un servicio preventivo y centrado en la atención primaria, integrado por especialistas y un centro de monitoreo que ordena los procesos según su naturaleza: preventivos, complejos y delicados.

Este modelo —en funcionamiento en Europa desde hace años— se intentó llevar a cabo en Perú con poco éxito en el pasado, debido a la dificultad para modificar las estructuras en las grandes instituciones de salud. Es así que la transferencia del riesgo a los proyectos APP permite que la administración pública pueda comprobar sus resultados sin problemas.

A pesar del corto tiempo de funcionamiento, los CH han logrado reducir el tiempo de las citas, la espera para intervenciones quirúrgicas, la estancia hospitalaria —menor a dos días y medio— y las referencias innecesarias —menor a 5 %—.

Así también, han sido pioneras en la implementación de tecnología de punta como:

  • Laboratorios —los primeros en Perú y segundos a nivel latinoamericano— que permiten manejar de forma automatizada las etapas del procesamiento de muestras: al ingreso, los brazos robóticos las distribuyen por analizadores, luego son clasificadas y finalmente sus resultados son transmitidos al software para su evaluación médica.
  • La historia clínica electrónica (HCE) —la primera en el país y de fácil acceso desde cualquier dispositivo y ubicación dentro del CH— permite un control desde la admisión del paciente hasta una posible estancia en la Unidad de Cuidados Intensivos, además del cumplimento del tratamiento e, incluso, de las dietas específicas, ya que está asociada también con la cocina hospitalaria.
  • Quirófanos con alta tecnología biomédica, que permiten intervenir en casos complejos con métodos mínimamente invasivos, dándole al paciente la oportunidad de salir de alta de inmediato.
  • Servicio de hemodiálisis, que dispone de veinte puestos —catorce pacientes ambulatorios, cinco para aislación y uno para emergencias— brindando una diálisis moderna, segura e higiénica.
  • Las áreas de hospitalización y de consulta externa, que poseen sistemas de paciente-enfermera y de gestión de colas, respectivamente. La primera monitorea en detalle el proceso, mientras que la segunda permite saber si hay pacientes en espera de ser llamados.

Según los estudios de EsSalud en 2016, nuestros CH ocuparon los dos primeros puestos en el ranking de satisfacción del usuario, y el tercer y cuarto en la lista de establecimientos con mayor número de consultas atendidas —más de 900 000 al año—. Asimismo, estos generaron un ahorro de 25 % en comparación con aquellos gestionados directamente por el sector público.

A pesar del éxito evidente, los constantes cambios en el Gobierno —que han obligado a que este modelo tenga que ser sustentando en repetidas ocasiones—  y la implementación de nuevos procesos de gestión como el HCE o la firma digital en el acto médico, han representado los mayores retos.

Sin duda alguna, los resultados favorables —gracias a la gestión eficiente y el empeño de nuestros profesionales— nos impulsan a promover la réplica de este modelo en el sector público, siempre que persista, sobre todo, la mejora del bienestar del asegurado.

 

Artículo escrito en colaboración con:

Víctor Molero                                                                                                                                                    

Gerente adjunto de Sistemas de Información de las SOP Villa María del Triunfo Salud S.A.C y Callao Salud S.A.C