Los padres de familia cumplen un rol muy importante en esta pandemia, son  ellos quienes obsservan el comportamiento de los niños, conocen sus hábitos y cuánto se exponen a diario. Los menores, por lo general, sufren los cuadros más leves de COVID-19, pero no impide que puedan contagiar a otras personas.

¿Cuáles pueden ser los principales síntomas?

Cuadros febriles, infecciones respiratorias agudas y diarreas, además de cansancio, decaimiento, escalofríos, inapetencia, dolor muscular, entre otros. El infectólogo Julio Cachay, advierte que los niños con tos, dolor de garganta, dificultad para respirar o cualquier malestar, deben  ser llevados con un médico inmediatamente.

El especialista también recomienda que en estos casos, lo mejor es una prueba molecular ya que permite identificar la enfermedad en los 5 primeros días de incubación del virus, lo cual se traduce en un diagnóstico precoz. Por el contrario, las puebas rápidas pueden dar positivo solo de 10 a 14 días de iniciada la infección. Mientras se esperan los resultados, se debe respetar el aislamiento social.

 

No dejemos que los niños sean las víctimas ocultas de la pandemia de COVID -19