Es una bacteria que genera infecciones estomacales que en un diagnóstico se confunde con una gastritis crónica y que dependiendo de su tipo puede culminar con una inflamación estomacal, úlceras o hasta cáncer de estómago para su usuario. Y lo que muchos no saben es que la mitad de la población a nivel mundial lo tiene con menor o mayor afección en su vida.

La H. Pylori ha logrado que todas las personas que conviven con ella acostumbren normalizar los problemas estomacales (estreñimiento, reflujo ácido, diarrea, etc.) durante años. Pues a muchos les resulta vergonzoso hablar de estos asuntos y peor aún cuando logran asistir a un médico y le recetan que solo toman antiácidos que finalmente no hacen más que ofrecer una solución temporal a un mal que seguirá perdurando hasta un posible desenlace fatal.

Un caso muy particular es el de México, donde una investigación arrojó que en México 7 de cada 10 personas tienen esta bacteria viviendo en su organismo. Sin embargo, no se le toma importancia alguna porque asumen que esas infecciones estomacales están relacionadas a su alto consumo de picantes.

A pesar de que un estudio entre la relación de la H. Pylori y las úlceras pépticas hayan ganado el Premio Nobel de Medicina allá por el 2005 no se logró que se le diera la atención necesaria a esta bacteria. Muchos doctores siguen obviando este conocimiento.

Esta bacteria se suele contraer en etapas de la niñez como consecuencia de ingerir agua directamente del caño, alimentos contaminados o mal lavados, e incluso por respirar los gases que emanan del vómito de una persona ya contagiada. Las personas más vulnerables son: 1) Las personas que viven en condiciones de hacinamiento. 2) Vivir sin fuentes confiables de agua limpia. 3) Vivir en un país en vías de desarrollo. 4) Vivir en el mismo ambiente con personas contagiadas.

El gastroenterólogo Fernando Salazar Muente recomienda estar atento a los síntomas (malestar abdominal, distensión, sensación de llenura, dolor en la boca del estómago, entre otros). Esto logrará obtener un diagnóstico a tiempo y con ello el tratamiento más adecuado. Sin embargo, el doctor informa que aproximadamente después de 10 a 14 días se haya eliminado entre un 84% a 95% de la bacteria. Es por eso que resalta que lo mejor es la prevención. Lavar correctamente los alimentos que vamos a ingerir, consumir agua hervida y limpia; y hacerse exámenes para identificar a personas contagiadas.