Para ponernos en contexto, un parásito es un organismo que vive sobre o dentro de otra especie. De estos, hay tres grupos principales que pueden causar enfermedades en humanos: protozoos, helmintos y ectoparásitos.

Los animales y gusanos primarios afectan principalmente los intestinos, y los heterosexuales cubren seres como piojos y garrapatas. Se pueden pegar a la piel o cavar y permanecer allí durante mucho tiempo.

Según los expertos del Instituto Nacional de Salud (INS), el 90 % de los parásitos intestinales se extienden a través de alimentos y bebidas contaminados, aumentando el riesgo de anemia y desnutrición, especialmente en niños de 5 años.

El consumo de alimentos y bebidas contaminados, la carne poco cocida y el lavado de manos insuficiente, especialmente después de ir al baño, son las vías de infección más comunes. En el Perú, la taenia solium, el diphyllobothrium pacificum, los oxiuros y los áscaris, son los más frecuentes.

Para evitar estas situaciones, todos los miembros del hogar deben acudir a los establecimientos de salud y puntos de atención del Ministerio de Salud al menos dos veces al año para recibir administración oral preventiva antiparasitaria gratuita.

Otras medidas que debemos tener en cuenta en nuestro trabajo diario son la desinfección de los alimentos, el correcto lavado de las frutas y verduras antes de consumirlas y el importante lavado de manos.