Uno de los principales problemas con los que combaten los médicos para finalizar con la pandemia son las variantes de la COVID-19. Científicos estadounidenses han creado a base de la impresión 3D a MiSherlock, dispositivo capaz de detectar la presencia de la COVID-19 y su variante.
La rápida detección de la presencia de la COVID-19 en el organismo de los posibles enfermos es clave para así reducir el número de contagios y así evitar que se formen mayor cantidad de variantes a las que las vacunas no puedan hacerles frente. El dispositivo MiSherlock busca ser la solución práctica y sencilla a este dilema médico.
MiSherlock es un escáner creado a través de la impresión 3D capaz de detectar la presencia de COVID-19 y su respectiva variante con una sola muestra de saliva, que esta misma puede ser enviada a distancia. Esto gracias a un filtro que permite detectar en menos de una hora el tipo de variante. Además, es reprogramable para añadir al filtro otras nuevas variantes por detectar.
Su coste de producción es otra de sus ventajas junto a la rapidez de diagnóstico, ya que fabricarlo con las piezas 3D cuesta tan solo 15 dólares y se puede reutilizar ciertas partes para nuevas pruebas, lo que reduce aún más su costo hasta llegar a los 6 dólares.
Sin duda alguna los milagros de la impresión 3D son un gran aliado de la medicina moderna, porque permiten lograr grandes avances en un corto tiempo y utilizando una cantidad mínima de recursos a comparación de métodos y estrategias de la medicina de antaño.
MiSherlock ya empezó a ser usado como principal fuente de detección del virus en distintos estados de Estados Unidos y no tardará pronto en masificarse su uso en contra de la COVID-19.