Muchas guías de nutrición recomiendan utilizar leche baja en grasas, también llamada leche desnatada o coloquialmente, light, en lugar de la leche entera. La razón es que a lo largo de los años se ha considerado a esta última como una opción menos saludable debido a su alto contenido en grasas y su aparente asociación con las enfermedades cardiovasculares y la obesidad.

Y es que, a diferencia de la leche deslactosada, la leche light contiene lactosa en su fórmula y es más baja en grasas que la leche entera, por lo que los nutricionistas suelen recomendar a las personas que necesitan perder peso.

En ese sentido, a la fecha aún no existe un porcentaje único para los diferentes tipos de leche, pues la entera contiene aproximadamente un 3,5 % de grasa, y la leche descremada contiene un 90 % menos de grasa que la leche entera (generalmente menos del 2 % de grasa).

Lo que sí es seguro es que la leche light al ser baja en grasa tiene menos calorías por porción en comparación con la leche entera. Una porción de 8 onzas de leche light tiene alrededor de 2,5 gramos de grasa y 100 calorías, mientras que la misma porción de leche regular tiene 8 gramos de grasa y 150 calorías.

Sin embargo, debemos recordar que una de las funciones de la grasa es darnos una sensación de saciedad, que es hacernos sentir llenos. Por lo que tantos alimentos blandos o lights, al no promover este sentimiento, hacen que las personas sientan más hambre y coman otras cosas para llenar sus barrigas, aumentando así de peso. Algo muy importante que debemos considerar al momento de hacer el cambio.