África es un continente azotado por la escasez, la pobreza y las enfermedades. Si bien hay muchos problemas que resolver en el continente, las drogas ilegales aparecen en el horizonte de manera silenciosa para acrecentar una crisis social, que de no hacerse frente puede ocasionar daños irreparables en las comunidades africanas.

La Organización Mundial de la Salud (OMS) ha advertido que el aumento del consumo de drogas en jóvenes africanos se ha acrecentado estos últimos años. Además, la ONU estima que en 2030 el número de usuarios de drogas en África se incrementará sustancialmente, si no se toman las medidas adecuadas.

La OMS indica que las drogas ilegales, además de tener consecuencias perjudiciales para la salud y el cuerpo humano, también afectan el entorno social, ya que representan una pesada carga económica, tanto para los usuarios como para sus familias, que lamentablemente se hace más difícil de afrontar, debido a las situaciones de pobreza extrema y entornos conflictivos que existen en el continente.

En África, los drogadictos se enfrentan a menudo a la discriminación y la falta de apoyo, lo que hace que su recuperación se dificulte. «Por lo general, estas personas necesitan tratamiento y atención urgente”, dice Richard Opare, un especialista en el tratamiento de adicciones, en Accra, la capital de Ghana.

La pandemia y las drogas

De acuerdo con estudios de la Oficina de Naciones Unidas contra la Droga y el Delito (UNODC), la droga ilícita más usada en el continente africano es el cannabis. La segunda clase de droga de la que se abusa con más frecuencia en África son los estimulantes de tipo anfetamínico, que incluyen a la MDMA («éxtasis”) y a la metanfetamina.

Además, también hay muchas personas que usan drogas inyectables, pero su uso disminuye debido al peligro de transmisión de virus como el VIH, y el de Hepatitis B y C. En África Occidental, Guinea-Bissau es considerado un eje importante del narcotráfico internacional, especialmente de cocaína, tanto para el consumo como para la venta.

Según algunos sociólogos, la llegada de la pandemia, que trajo grandes problemas como el desempleo, el aumento en el coste de vida y el deterioro emocional de las personas, ha ocasionado el escenario propicio para que el consumo y la compraventa de drogas ilegales siga en aumento.

Sumado a esto, África no cuenta con la suficiente cantidad de centros de rehabilitación en porcentaje con las personas que requieren de la misma, haciendo así más difícil la recuperación de estas personas y más complicada se vuelve su reinserción en la sociedad.

Por último, es importante destacar que, de hacer frente al problema, no sería extraño para África ver como el número de jóvenes y adultos consumidores de drogas ilegales aumenta y termine por ser un conflicto mucho menos controlable de lo que es ahora. Por eso es necesario ver el consumo de drogas como una enfermedad y dar tratamiento gratuito a quien lo requiera.