El Timerosal es un compuesto orgánico que contiene etilmercurio, ha sido usado como preservante (evitar la contaminación) de algunas vacunas desde los años 30, principalmente en la presentación de multidosis. En los años 90, se sugirió que este preservante incrementaba el riesgo de desórdenes neurológicos como autismo y otros problemas del desarrollo, asociando un aumento de los casos de autismo con el incremento de dosis de vacunas en niños.
En el 2001, el Comité de Seguridad de las Inmunizaciones de EEUU de NA (OIM), concluyó que las evidencias eran insuficientes para aceptar o rechazar una relación causal entre timerosal y desórdenes neurológicos del desarrollo. Se necesitaban más investigaciones para definir esta posible asociación. Estos estudios de tipo: serie de casos, ecológicos, caso-control y cohortes, con buena calidad metodológica, se realizaron y publicaron entre el 2000-2004, mostrando resultados similares: No hay una asociación causal entre vacunas (DPT) que contienen timerosal y autismo, y no hay una asociación causal de tipo dosis – respuesta (Número de dosis de DPT) entre vacunas conteniendo timerosal y autismo. (Lancet 2002; 360:1737, Pediatrics 2003; 112: 604, JAMA 2003:290:1763, Pediatrics 2004; 114:577)
Una revisión y análisis de la bibliografía existente sobre el tema concluye: “Los estudios no demuestran una asociación entre vacunas que contienen timerosal y desórdenes del espectro autista”. (Pediatrics 2004; 114: 793-804) Con todo este sustento, el Comité de Seguridad de Inmunizaciones del OIM concluyó en su informe del 2004, que el cuerpo de la evidencia rechaza una relación causal entre vacunas que contienen timerosal y autismo. Posteriormente, el Programa del Medio Ambiente de Naciones Unidas, luego de revisar la bibliografía publicada entre el 2008- 2012, concluyó que: No se han encontrado nuevas evidencias en la literatura, que pongan en duda la decisión de OMS de apoyar la continuidad de usar timerosal como un preservante seguro en vacunas en multidosis. (M. Pichichero Rochester Institute of Tecnology) Al aplicar y analizar los criterios de causalidad a los estudios de buena calidad metodológica, tenemos que para el criterio de:
-Temporalidad: ¿Precede la causa al efecto?. Los estudios tipo cohortes, buscan cumplir este criterio, en razón a que dichos estudios parten de la exposición con timerosal (vacunados y no vacunados) y se mide el efecto (autismo o no autismo). Este tipo de estudios rechaza esta asociación.
-Plausibilidad: ¿Es compatible la asociación con nuestros conocimientos actuales?. (Mecanismo de acción). En realidad se ha pretendido hacer una analogía entre la evidencia de la toxicidad neurológica del metil mercurio al derivado mercurial del timerosal, que es el etilmercurio, lo cual no es correcto, porque los estudios de biodisponibilidad del etil mercurio son diferentes al metil mercurio (tiempo de vida media). Por lo anterior este criterio no se cumple. En la actualidad los estudios sobre las causas del autismo están relacionados con factores genéticos y no con toxicidad.
-Coherencia: ¿Otros estudios han obtenido resultados similares?. Actualmente se disponen de diferentes estudios y realizados en diferentes lugares del mundo, los cuales coinciden en no encontrar asociación entre vacunas con timerosal y desordenes del espectro autista. Este criterio no se cumple.
-Fuerza de asociación: ¿Cuál es la intensidad de la asociación entre la causa y el efecto? (Riesgo relativo, Odds ratio). Las medidas de asociación no encuentran significancia; por tanto no se cumple este criterio de intensidad de la asociación.
-Relacion dosis-respuesta: ¿Se asocia el aumento de exposición a la causa propuesta con un aumento de efecto?. En uno de los estudios, se midió si con el mayor número de dosis de vacunas con timerosal (numero de dosis de vacuna pertusis) la asociación debería ser más evidente, lo cual no se observó, no cumpliéndose con el criterio dosis – respuesta.
– Reversibilidad: ¿Al eliminar la causa, desaparece o se reduce el efecto?. Los estudios ecológicos muestran un efecto contrario, países que han suspendido timerosal en sus vacunas, el autismo se ha incrementado. No se cumple este criterio.
El Comité Consultivo Mundial sobre Seguridad de las Vacunas de OMS (GAVCS), ha revisado la evidencia desde hace más de 10 años: Información epidemiológica y perfil farmacocinético del timerosal, concluyó que no hay evidencia de toxicidad por mercurio en lactantes, niños o adultos expuestos al timerosal de las vacunas. Por tanto, no hay razones para modificar las prácticas actuales de vacunación, con vacunas que contienen el timerosal como preservante. Otros Grupos de Expertos que han llegado a conclusiones similares, son: La Academia Americana de Pediatría, el Comité del Reino Unido sobre Seguridad de la Medicina y la Agencia Europea para la Evaluación de Medicamentos. Se concluye que, las nuevas evidencias actuales no soportan una relación causal entre vacunas que contienen timerosal y el desarrollo de autismo o un desorden del espectro autístico, conclusión que ya se había llegado desde hace mas de 10 años, el 2004.
Dr. Herminio Hernández Díaz
Pediatra
Hospital Cayetano Heredia
Universidad Peruana Cayetano Heredia