La visión es uno de los sentidos más preciados, devolverla es muy gratificante y constituye todo un reto para el profesional con experiencia y más aún al médico que recién inicia su formación en la especialidad.

Muchos de los cuadros oftalmológicos, afectan a la población económicamente activa. El beneficio a la población de contar con el oftalmólogo es bastante evidente, podríamos preguntarnos, ¿Quién no ha tenido algún defecto o dolencia en los ojos? Desde los defectos refractivos, traducidos en la necesidad de usar anteojos en más de un tercio de la población joven, mayor aun, cuando pasamos la barrera de los 40. Sin dejar de mencionar otros problemas mayores como la catarata o el glaucoma, principales causas de ceguera a nivel mundial. El especialista en oftalmología una vez formado podrá darle solución a estos y otros problemas que afectan directamente a nuestra población.

A pesar de haber más de 200,000 oftalmólogos a nivel mundial, la brecha entre el número de especialistas formados y la población, sobre todo mayores de 60 años se han incrementado, esto por el crecimiento poblacional de 2.9% en mayores de 60 años vs el crecimiento de los profesionales oftalmólogos de solo 1.2%. En nuestro país, el número de oftalmólogos por millón de habitantes es 32 al igual que Bolivia y Paraguay, mientras que en la región en Argentina son 138, en Brasil 70, Uruguay 56 y Chile 44; sólo estamos por encima de Ecuador con 23.

Además, en Latinoamérica se observa una alta desigualdad en la distribución de oftalmólogos dentro de cada para con una desproporcionada mayor concentración en las áreas más desarrolladas. De lo observado en la región podemos concluir que necesitamos más especialistas en oftalmología
y lo que es más importante necesitamos que los recién formados logren cubrir aquellas zonas de mayor demanda de atención en beneficio de la población. 

Es el caso del Perú donde la mayoría de especialistas se quedan en Lima. En parte eso se ha tratado de solucionar creando las llamadas «plazas cautivas» mediante lo cual, médicos generales que ya venían laborando durante varios años en centros periféricos cuentan con facilidades para poder obtener plazas en el concurso anual del CONAREME (Consejo Nacional de Residentado Médico); estos médicos luego, ya especializados, están obligados a regresar a su lugar de origen. En ese sentido hemos observado que esto deberla ir acompañado de un equipamiento tecnológico adecuado al retorno del profesional a su centro asistencial.

La formación de médicos especialistas en el Perú está normada por la Ley NO 30453, Ley del Sistema Nacional de Residentado Médico (SINAREME) y el Consejo Nacional de Residentado Médico (CONAREME), es el máximo órgano directivo. El CONAREME junto con las Facultades de Medicina
implementan anualmente el Concurso Nacional de Admisión al Residentado Médico, único medio para ingresar a los programas de segunda especialización»)

En el concurso nacional de admisión al residentado médico, los ingresantes a la especialidad de oftalmología suelen ocupar los puestos más altos, lo cual refleja la competencia en este campo. Por el número de vacantes ofertadas anualmente el Instituto Nacional de Oftalmología (INO) es la principal sede docente a nivel nacional. El programa de formación tiene una duración de tres años bajo la modalidad de «docencia en servicio». En el Instituto Nacional de Oftalmología (INO) usted puede encontrar todas las subespecialidades oftalmológicas y muchos de los profesionales aquí formados continúan su formación en el extranjero y luego retornan a la institución, esto convierte al INO en un imán para los médicos jóvenes que buscan especializarse en oftalmología.

Nuestro principal interés en el futuro es que la formación no solo sea teórica y práctica, sino que se tienda a hacer más investigación y hacernos conocer al mundo de la especialidad mediante publicaciones de lo que el INO ofrece al médico en formación, siempre pensando en el beneficio de nuestros pacientes.