Homenaje a Jorge Ponce Maldonado
De la población actual en edad reproductiva, casi un 15 % 0 20 % padecerá de algún problema de infertilidad. Por ello, se trata de un problema de salud pública en la que se requiere de la intervención del Estado para ayudar a las parejas.
En el pasado, los estudios realizados a los pacientes solían tomar semanas o meses; en el presente, esto se ha reducido. Actualmente, el inicio del estudio de la pareja infértil, se inicia con 3 pilares, los dos primeros en la mujer y el último en el varón:
I Pilar: los test de reserva ovárica y ex. hormonales. En estas pruebas se analiza la cantidad y calidad de los gametos femeninos, el ovocito.
II Pilar: ver la cavidad uterina y, en forma indirecta, la permeabilidad de las trompas, para lo cual realizamos una histerosonografía y, si queda alguna duda de la permeabilidad tubárica, realizaríamos una histerosal pingografía (HSG).
III Pilar: espermatograma + espermatocultivo. Aquí vemos la cantidad, los movimientos y la normalidad de los espermios.
Con todos los estudios realizados, se obtendrán los diagnósticos iniciales y plantearemos los mejores tratamientos.
En pacientes con el I Pilar, se cuenta con la tecnología del Piezo ICSI, método que mejora las tasas de fertilización y clivaje comparándolos con el ICSI tradicional, siendo utilizado en pacientes con falla ovárica.
En pacientes con el II Pilar, se realiza una histerosonografía con corte tomográficos alterado. Es considerada la mejor solución.
En el III Pilar masculino, se lleva a cabo un espermatograma alterado. Se realiza un ICSI o Piezo ICSI y la técnica de potencial Z, la cual disminuye los espermatozoides fragmentados tratando de mejorar el factor masculino.
Durante el tratamiento, el 92 % quedará embarazada durante el primer año de vida íntima; en el segundo año, el 97 %; al tercero, el 98 % y a los 5 años de relaciones, el 99.3%.
Infertilidad sin barreras
La técnica de potencial Z es una muy buena herramienta para la selección de espermatozoides, ya que reduce el índice de fragmentación de ADN y mejora los parámetros de desarrollo embrionario. Esta técnica, sin duda, podría considerarse de rutina por su simplicidad y bajo costo.
Dr. Carlos Alfredo Vergara
Medico cirujano especialista en Ginecología y Obstetricia
Médico Infertólogo
Miembro de The American Associatlon Gynecologic Laparoscoplsts