La cefalea en el adulto mayor es una causa importante de consulta en nuestro país. La mayoría de diagnósticos en esta población se engloban dentro de las primarias, como la cefalea tensional, migraña, cefalea en racimos, cefalea hípnica, entre otras. La cefalea tensional es la primaria más frecuente en este grupo etario, llegando su prevalencia hasta el 35 % aunque no suele ser severa y no asocia discapacidad.
La migraña es la segunda causa de cefalea primaria en adultos mayores y esta suele tener síntomas más atípicos que en jóvenes. Se pueden ver trastornos visuales, sensitivos o de lenguaje una de hasta 60 minutos de duración asociados o no a la cefalea, los cuales plantean un diagnóstico diferencial con los ataques isquémicos transitorios.
Las cefaleas secundarias representan el 15% del total de las cefaleas en el adulto mayor, un porcentaje superiorque en el resto de la población. Dentro de las posibles causas de cefalea secundaria tenemos a la hemorragia subaracnoidea, la arteritis de la temporal o la cefalea cardiaca, por lo que los nuevos casos de cefalea en adultos mayores deben ser evaluados correctamente para excluir causas secundarias potencialmente graves.
Los exámenes complementarios que se suelen realizar para llegar a un diagnóstico adecuado son las pruebas de imagen como tomografía o resonancia cerebral, fondo de ojo, análisis de sangre, incluyendo VSG y de líquido cefalorraquídeo. Por ejemplo, la cefalea cardiaca se caracteriza por un dolor de cabeza desencadenado por esfuerzo físico que remite con el reposo y se ha relacionado a isquemia car diaca por lo que su identificación temprana y referencia al especialista es importante.
La cefalea crónica puede llegar a ser más prevalente en mayores de 65 años que en el resto. Esta suele relacio narse con migraña, cefalea tensional y cefalea por abu so de medicación. Se ha visto cefalea por abuso de me dicación en pacientes que asocian dolor crónico como el articular o de columna vertebral El tratamiento de la cefalea en adultos mayores suele ser más complejo debido a la polifarmacia y cambios en la farmacocinética que llevan a mayores interacciones y efectos adversos. Por ejemplo, los triptanes que se usan en la migraña se deben evitar en pacientes con enfermedad cardiovascular dado el riesgo de vasoespasmo. Por lo tanto, al iniciar un tratamiento deben valorarse las comorbilidades del paciente, contraindicaciones, tolerancia y el probable cumplimiento terapéutico.
Dra. Astrid Witch
Neuróloga Clínica Angloamericana