Muchas personas después de pasar por el coronavirus siguen presentando síntomas asociados a la enfermedad, condición llamada COVID prolongado; además los casos severos de COVID-19 podrían alterar la regulación de glucosa e insulina en la sangre, y los ingresados por UCI salen con desnutrición proteica.
Por ello es muy importante incluir proteínas en la dieta (carnes de todo tipo, quesos maduros, huevos, pescados y mariscos) siempre acompañado de verduras de varios colores, cuanto más colores, más antioxidantes; algunas frutas y lo menos posible de carbohidratos almidonados (pan, papa, arroz, fideos, etc); dulces y comida ultra procesada. Tenemos que asegurar que existe una porción de proteínas en el desayuno, almuerzo y cena. Una forma sencilla de incluir proteína en el desayuno son los huevos, quesos y yogurt griego original, revisar etiquetas y lista de ingredientes, un yogurt griego original debe llevar solo leche y bacterias; si tiene además gelatina, almidón, pectina u otro espesante no es recomendable. Por último, para el almuerzo y cena siempre incluir algún alimento cárnico: pescado, pollo, carne, pavo, cerdo, etc o vísceras como el hígado o el corazón (anticuchos).
Es importante mencionar que hay vitaminas y minerales que pueden ayudar a disminuir los síntomas asociados durante y después de la enfermedad, y así contribuir con un sistema inmunológico más fuerte, destacando las siguientes:
Vitamina D:
Se debería mantener niveles de vitamina D en sangre entre 20 a 40 ng/ml. Exponerse al sol al menos 3 veces por semana x 30 minutos cada día e incluir en la dieta alimentos que contengan vitamina D como lácteos, pescados grasos, huevos, hígado de res y de pescado. En caso de requerir suplementación preferir D3 y usar dosis de entre 400 a 800 IU x día.
Omega 3:
Suplementarse con 2000 mg/día de omega 3 (fish oil) para ayudar a restaurar el sentido del olfato en personas que lo han perdido después de la infección por COVID.
Vitamina C:
Con 500 mg al día es suficiente, teniendo en cuenta que existen efectos secundarios y riesgos asociados con el consumo de dosis superiores.
Zinc:
La suplementación con zinc no muestra beneficio a menos que se tenga una deficiencia como suele ser el caso de los vegetarianos y personas mayores que tienen problemas para absorber adecuadamente el mineral. Suplementar con 20 mg/día de zinc puede disminuir el riesgo de infección respiratoria en estas personas. Para el resto con una alimentación que incluya carnes, pescado y mariscos de forma habitual, sería suficiente.
Probióticos:
Algunos probióticos, en particular las bacterias productoras de ácido láctico, pueden tener actividad antiviral, incluir en la dieta, yogur griego de verdad. Si además durante la infección se usó antibióticos, es ideal para ayudar a restaurar la flora intestinal afectada.
Algunos suplementos pueden reducir los síntomas de un resfriado o gripe, pero ninguno puede prevenir la infección por coronavirus o cualquier otro virus. Sin embargo, no es mala idea fortalecerse para estar lo mejor posible para recuperarse y combatir futuras infecciones.
Contar con suficientes proteínas, omega 3, vitamina C, vitamina D y zinc, que generalmente se puede obtener de los alimentos; una exposición adecuada al sol, no descuidar el sueño (al menos 7 h diarias); contribuyen a tener un mejor funcionamiento del sistema inmunológico.
Artículo elaborado por Edwin Girbau para MÉDICA La Revista.
Nutrición Humana
CNP: 2558