Las inmunizaciones junto con la implementación de agua son las intervenciones de más alto impacto en la salud.(1)

En los últimos años, el Programa de Inmunizaciones en el Perú (ESNI) ha mejorado: de 6 enfermedades que se protegía en el 2000 se ha pasado a proteger 15. Así el tétanos, difteria, tos ferina, sarampión, poliomielitis, diarrea grave por rotavirus, entre otras, han disminuido notablemente, gracias a la efectividad de las vacunas.(2)(3) En el Perú los logros de la inmunización han permitido que: – El último caso de polio virus salvaje fue en septiembre de 1991 en Junín. – El último caso de sarampión autóctono fue reportado en marzo del 2000. – El último caso de rubeola congénita fue reportado en el 2006.

Estos éxitos se deben a las buenas decisiones políticas como la que se pasó de considerar Gasto en Inmunización a Inversión en Inmunización y obviamente, al trabajo de médicos, enfermeras y personal de salud en zonas casi inaccesibles de nuestra Sierra y Amazonía.

Sin embargo, hay mucho por hacer en Inmunizaciones. Uno de los pasos fundamentales es comprender que la inmunización es una responsabilidad social, que involucra a todos los médicos independientemente de su especialidad. Así, por ejemplo, un ginecólogo puede ejercer una función muy importante de prevención de males congénitos si logra que sus pacientes, antes de quedar embarazadas, estén debidamente vacunadas contra rubeola, sarampión, hepatitis B, tétanos, entre otras. Esta responsabilidad debe involucrar a las universidades, a las sociedades médicas y científicas, al gobierno, a las empresas, a nuestras Fuerzas Armadas y Policiales y a cada uno de nosotros, que como ciudadanos responsables, invertimos en nuestra salud.

Otro paso fundamental es mejorar nuestras coberturas. Sobre este punto, además hay un aspecto importante a tener en cuenta, y es la inequidad que existe actualmente en nuestro programa de vacunación, generando que poblaciones más vulnerables tengan menores coberturas. Con respecto a las enfermedades inmunoprevenibles en nuestra población menor de cinco años, sigue siendo importante la carga de enfermedad por neumococo, por lo que aparte de mejorar nuestras coberturas, debemos como país elegir el mejor esquema, con la mejor vacuna disponible. Así mismo, se conoce que el cáncer de cuello uterino a nivel mundial, es el tercer cáncer en frecuencia en mujeres, que explican alrededor del 13% del total de neoplasias.

En el Perú, sin embargo, es la primera causa, explicando el 32.66% de las neoplasias, por encima del cáncer de mama, 27.95%.(4). Como parte de la solución, debemos priorizar la implementación adecuada, de la vacuna contra Papiloma Virus, evitando marchas y contramarchas en su aplicación, que nos permita tener una buena cobertura en la población susceptible.

Otra vacuna a evaluar es la vacuna contra Varicela; para ello necesitamos disponer de datos epidemiológicos nacionales bien realizados, que permitan conocer su carga de enfermedad y evaluar su costo beneficio.

Respecto a la Hepatitis A, se observa que cada vez se está trasladando a grupos de mayor edad. Se sabe que la vacunación contra Hepatitis A en una población general, es costo efectiva si se vacuna en una zona de prevalencia intermedia; en el Perú se está dando esta transición: actualmente se tienen datos de que la frecuencia global de hepatitis A en niños de 1 a 15 años es de 50% y es diferente según las regiones.(5)

Obviamente, la implementación de estas vacunas deben hacerse dentro de un programa de mejora sanitaria, donde es crucial un saneamiento básico; no es posible que hayan zonas del país con grandes reservas económicas pero, paradójicamente sin agua y desagüe.

Otro paso importante es la vacunación en el personal de las Fuerzas Armadas y Policiales y en el personal de salud del MINSA, así se evita que el personal se infecte y actúe como fuente de propagación y de brotes.

Es importante que las instituciones de enseñanza médica, los hospitales y demás centros de atención de pacientes, exijan que todo el personal y los alumnos se encuentren vacunados.

Hay otros retos que deben ser evaluados para definir su implementación: – Vacunación contra pertusis en adolescentes, adultos jóvenes y gestantes. – Hacer frente a los movimiento anti vacunas. – Asegurar una buena cadena de frío, tanto en la parte pública como privada. – Mejorar el conocimiento sobre inmunizaciones en la sociedad que hacen que un sector importante no se vacune. – Necesitamos mejorar nuestra vigilancia epidemiológica que permita buena información, necesaria para priorizar la implementación de nuevas vacunas. – Hacer uso de las redes sociales para una adecuada promoción e información de las inmunizaciones.

El Estado debe garantizar estrategias que permitan tener las vacunas actualmente disponibles a menores costos y garantizar su sostenibilidad en el tiempo. No cabe duda que es mucho lo que se ha logrado, pero también queda mucho por recorrer, definir e implementar.

BIBLIOGRAFÍA:
(1) Burgess M: Immunization: a public health
success. NSW Public Health Bull 2003; 14: 1–14.
(2) CDC. Impact of Vaccines universally
recommended for children 1900-1998. MMWR
1999; 48(12):243-8.
(3) Fuente MINSA/Oficina general de Estadística
e Informática.
(4) Fuente Globocan 2012, Organizacion mundial
de la Salud.
(5) Chaparro E, Hernández R. et al Congreso
Sociedad Peruana de Pediatría 2012.

 

Dr. Herminio R. Hernández Díaz
Pediatra. Hospital Cayetano Heredia
Universidad Peruana Cayetano Heredia

Dr. Roger A. Hernández Díaz
Infectólogo Pediatra. Hospital Cayetano Heredia
Universidad Peruana Cayetano Heredia