El estudio de la infectobesidad como reciente teoría que relaciona la microbiología de nuestro organismo, y más específicamente de nuestra flora intestinal en particular con el aumento de peso, abre nuevos caminos para conocer recientes causas de obesidad. Investigador de este campo y con estudios que lo avalan como un experto en la materia, el endocrinólogo ibérico, José Manuel Fernández-Real señaló, desde España, que la infectobesidad “intenta explicar por qué algunas personas incrementan su peso independientemente de la genética y de la alimentación, centrando su atención en los microorganismos presentes en el organismo e intestino.

En ese sentido, por ejemplo, uno de los más estudiados es el adenovirus 36, un virus que causa resfriados y congestión, que luego puede penetrar en las células adiposas, haciendo que los pacientes acumulen más grasa de lo que deberían”. En tanto, y en relación con la flora intestinal, se sabe que las bacterias son los componentes más abundantes de esta y hasta ahora se conocía que su cantidad y composición estaba relacionada con trastornos como la obesidad. Poco se había estudiado sobre la diversidad de hongos, que representan entre el 0,03 y el 2% de todos los microorganismos en la flora intestinal. Al respecto, el Dr. FernándezReal y su equipo difundió este año el estudio La obesidad cambia la micobioma del intestino humano, que se centró en la comunidad de hongos (micobioma) que viven en el intestino humano y en cómo su composición varía en función de si el paciente es obeso o no.

Así, esta investigación –que se inició en 2012 sobre una muestra de 52 individuos, entre obesos y delgadosrecoge por primera vez los resultados de un análisis comparativo del tipo y la cantidad relativa de hongos, tanto en la población obesa como en la delgada describiendo cómo estos hongos cambian conforme si el individuo es obeso o no e, incluso, permite diferenciar si la persona obesa es metabólicamente sana o no.

Además, los investigadores se dieron cuenta que cuando la persona pierde peso aumenta un determinado tipo de hongos. Sin embargo, hasta el momento no existe evidencia científica suficiente para plantear medidas concretas en cuanto al tratamiento a partir de la infectobesidad. “Si los estudios concluyen de manera positiva, en el 2018, habrá una combinación de alimentos prebióticos y probióticos como propuesta para modificar la flora intestinal y detener el avance de la obesidad. En Holanda también se está estudiando la posibilidad de un trasplante de flora intestinal de un individuo delgado a uno obeso para que este último absorba los nutrientes que ingiere, pero sin que afecte su metabolismo y desarrolle obesidad. A partir de esto también se está pensando en antibióticos específicos para luchar contra los kilos demás”, detalló el investigador.

Finalmente, el investigador español adelanto que el nuevo campo que ahora está en ebullición es observar qué microorganismos están presentes en tejidos que se consideraban un santuario estéril como la sangre, el tejido adiposo y la misma placenta humana; y cómo esa convivencia produce, entre otras enfermedades, la obesidad. “Sin duda, es un momento apasionante de la infectobesidad donde el conocimiento que tenemos que adquirir, es enorme”, remarcó el médico.

 

Dr. José Fernández-Real
Centro de investigación Biomédica en Red
Fisiopatología de la Obesidad y Nutrición
(CIBERobn)
Instituto de Investigación Biomédica
de Girona (IDIBGI)
Integrante de la Sociedad Española para
el Estudio de la Obesidad (SEEDO)
Jefe de Sección de Endocrinología del
Hospital Josep Trueta de Girona – España