El enfoque metabólico de la obesidad consiste en la prevención y tratamiento de manera integral y multidisciplinaria de esta enfermedad como causa u origen de los trastornos que conlleva a su paso. Por consiguiente, permite conocer los mecanismos más íntimos de la bioquímica de nuestro organismo a través de la interrelación del adipocito, insulina y glucosa en pacientes obesos. Con respecto a estos tres puntos, es importante conocer concretamente en qué consisten. Si las células que forman el tejido adiposo o graso no están en equilibrio, invaden tejidos magros como el hígado, corazón y riñón… por ejemplo, si esta grasa ocupa el hígado se iniciará la fase prehepática para luego desencadenar hígado graso. En tanto, altos niveles de grasa en un paciente obeso generan resistencia a la insulina y aumento anormal de glucosa en la sangre que serán la raíz de la pre-diabetes y, finalmente, diabetes. A partir de lo expuesto, el enfoque metabólico interviene en el manejo de las pre-etapas de cada enfermedad con el propósito de evitar consecuencias infortunadas o fatales. Para esta perspectiva es fundamental tratar la obesidad metabólica como principio de todas las afecciones posteriores; por eso, es imprescindible que el paciente disminuya su peso para recuperar su salud. He aquí el gran impacto de esta especialidad porque actúa en la fase reversible de la obesidad y sus implicancias en la sanidad. También es significativo indicar que décadas atrás, esta visión ya había considerado a la obesidad como una enfermedad y, además, metabólica por los males asociados que ocasiona. Definitivamente, las contracorrientes han hecho difícil nuestra labor e intervención. Por ejemplo, para este enfoque no existe el síndrome metabólico. Este es solo un artificio que se inventó para un manejo estratégico de las consecuencias cardiovasculares. El problema es que el síndrome nunca reconoció a la obesidad como causal de las demás enfermedades, entonces ¿qué hacemos haciendo un plan estratégico sino atacamos al principal enemigo?. La ciencia, por su parte, admitió tardíamente a la obesidad como enfermedad. Lo hizo recién hace ocho años cuando ya se había convertido en pandemia. Por eso, hemos trabajado contra corriente. Incluso, la ciencia se fue por las ramas con respecto a su estudio. Durante años se dio mayor importancia a la obesidad de índole endógena (genética) presente en un 5%, mientras que la obesidad exógena (por sobrealimentación) está registrada en un 95% de la población con obesidad metabólica. Es más, recientemente la Sociedad Peruana de Endocrinología (SPE) reconoció la importancia del enfoque metabólico de la obesidad al considerar un capítulo de esta vertiente. Entonces, a partir de este escrito que elaboré, se ha previsto realizar estrategias, establecer pautas y guías para enfrentar la obesidad en el Perú. En conclusión, la importancia de esta visión sobre la obesidad radica en la intervención temprana y el tratamiento específico para cada etapa de este mal y así prevenir no solo la obesidad, sino también las afecciones relacionadas. Hasta el momento, solo hay una unidad metabólica en el Perú y está en el Hospital Almenara. Por ende, considero que todos los actores involucrados como el Estado e instituciones deben apostar por instaurar más unidades metabólicas con sus respectivas subunidades de pre-obesidad, pre-diabetes, pre-hígado graso, pre-infarto y pre hipertensión arterial e implementar un plan estratégico sobre la base de este enfoque para un completo tratamiento de esta enfermedad.

 

Dr. José Carrión Rojas
Médico endocrinólogo
Jefe de la Unidad Metabólica
del Hospital Almenara
Responsable de Enfermedades
Metabólicas de la SPE