La hepatitis B es una infección viral producida por el virus del mismo nombre y tiene la característica de afectar el hígado En el ser humano se puede dar la hepatitis B aguda 

y crónica, pero no todas las personas infectadas las desarrollarán. Existe un escenario más favorable en el que una persona tiene un proceso asintomático e incluso la elimina de manera natural.

La hepatitis B se contrae por transmisión vertical (madre-hijo) —en Perú, son las provincias tradicionalmente alejadas y sin acceso adecuado a servicios de salud las que presentan un alto porcentaje—, por contacto sexual —que suele venir acompañada del VIH— y a través de materiales médicos o productos sanguíneos contaminados.

La hepatitis B aguda desencadena un cuadro clínico en el cual el enfermo tiene malestar general, decaimiento, fiebre e ictericia, provocándole una coloración amarillenta del ojo y la piel, aunque luego estos desaparecen, ya que el organismo puede llegar a controlar y erradicar el virus. En el caso de la hepatitis B crónica, esta puede no tener sintomatología, y de tenerla se evidencia en la persistente circulación del virus en la sangre y por la inflamación del hígado, que, a largo plazo, puede desarrollar una cirrosis hepática o un cáncer de hígado A veces se presenta la hepatitis con manifestación extrahepática, es decir, se tiene dolores articulares y baja de las plaquetas.

La hepatitis B es más fácil de contagiar que el VIH; en cuanto a su frecuencia en el Perú, existe una cierta similitud con lo que es la epidemia del VIH. Asimismo, está concentrada en algunas zonas geográficas y en poblaciones de riesgo de adquirir infecciones de transmisión sexual, y en esos grupos poblaciones las cifras de su prevalencia es elevada.
De acuerdo a una encuesta serológica que se realizó a más de 5000 personas a nivel nacional, se encontró una incidencia de hepatitis B crónica y activa de 0.4 %, aunque el
porcentaje de gente que estuvo expuesta es mucho mayor.

Siguiendo con esta investigación, se concluyó que alrededor de un IO % de la población peruana tiene evidencia de haber sido infectada por la hepatitis, con picos en Ayacucho (57 %), Cuzco (45 %), Huánuco (35 %) y Pasco (34%). El periodo en que se manifiestan los síntomas en el VIH es más corto que el de la hepatitis B; en consecuencia, una persona infectada por el VIH desarrollará alguna forma de sintomatología en seis y ocho años, mientras que en la hepatitis pueden demorar décadas antes de que la persona haga alguna manifestación clínica.

Perú está avanzando en el tema de control de la hepatitis B porque el Estado, en los últimos años, ha ampliado de manera agresiva programas de inmunización. Durante mucho tiempo, la vacuna contra la hepatitis B estuvo disponible, pero de manera limitada; no obstante, el Ministerio de Salud comenzó a priorizar las zonas endémicamente más afectadas y, de un tiempo a esta parte, la vacuna ha sido universalizada. 

 

 

Dr. José Hidalgo Vidal

Médico internista

Investigador principal de vía libre