El adulto mayor representa a una parte de la población con características propias en el que pueden existir dificultades diagnósticas debido a su heterogeneidad, pluripatología, polifarmacia, sintomatología atípica en algunos casos, con riesgo de complicaciones clínicas, cronicidad y discapacidad.
En el caso específico de las enfermedades alérgicas y el asma, las prevalencias en las poblaciones mayores de 60 años son menores en comparación a la de los adultos jóvenes (18 a 35 años, según la OMS). En este tipo de enfermedades, resulta difícil realizar investigación en adultos mayores y esto se debe a que por lo general los estudios suelen incluir asmáticos desde los 15 años o menos, además suele haber sub diagnóstico y sub tratamiento ya que el asma se confunde con enfermedad pulmonar obstructiva crónica (EPOC) o insuficiencia cardiaca en algunos casos o pueden existir comorbilidades que de no considerarse en los análisis pueden generar conclusiones erradas.
Por ejemplo, en un estudio de investigación realizado en México se evaluaron a 333 adultos mayores de 60 años con edad promedio de 67 +- 5 años, a quienes se les aplicó pruebas cutáneas con diez aeroalérgenos y se dosó IgE sérica total por el método de Elisa, encontrándose que 10.8% tenían alguna enfermedad alérgica, 3.6% asma, 3.6% rinitis alérgica, 2.7% urticaria, 0.6% dermatitis atópica y 0.3% conjuntivitis alérgica. Los adultos mayores con edades comprendidas entre 60 y 69 años tuvieron un incremento significativo de niveles de IgE en sangre, concluyéndose que las frecuencias suelen ser similares a las de otros países y siempre menor a lo visto en jóvenes y niños mexicanos. Existen tres enfermedades comunes en adultos mayores entre aquellas que alteran el normal flujo aéreo en el sistema respiratorio, conocidas como: bronquitis crónica, enfisema y asma; las dos primeras comparten algunas características por lo que se engloban dentro del término enfermedad pulmonar obstructiva crónica (EPOC).
No ocurre lo mismo con el asma que se trata de una enfermedad con un proceso inflamatorio de por medio, en el que la obstrucción del flujo aéreo es predominantemente reversible y hay reacción por lo general a un agente específico o no específico y que en el caso de los adultos mayores podría tener mayor mortalidad que en jóvenes por diversos factores como la demora en el diagnóstico y tratamiento, reserva cardiopulmonar pobre, pobre percepción de la dificultad para el flujo de aire debido a la obstrucción, problemas cognitivos y psicosociales.
De acuerdo a la enfermedad que se diagnostique se plantean objetivos específicos. En el caso del asma, los objetivos a corto plazo son el control de síntomas inmediatos y mejorar la respuesta de la flujometría, que mide el grado de obstrucción de las vías aéreas y dentro de los objetivos a largo plazo se encuentran aquellas dirigidas a la prevención de las exacerbaciones identificando a los factores desencadenantes de las mismas. En relación al tratamiento farmacológico, la aproximación terapéutica en el asma en adultos mayores no difiere de lo recomendado en jóvenes. Los medicamentos de mantenimiento van desde el uso de corticoides, broncodilatadores b2 agonistas de acción prolongada, modificadores de leucotrienos, entre otros.
Las estadísticas a nivel nacional no son claras, por las limitaciones del planteamiento de los estudios sobretodo poblacionales por lo que no se tiene un registro preciso; sin embargo de acuerdo a la bibliografía latinoamericana y mundial no habría mucha diferencia en relación a prevalencias y comportamiento de estas enfermedades.
Dra. Paola Casas Vásquez
Médico Geriatra del Hospital Cayetano Heredia
Miembro del Instituto de Gerontología de la
Universidad Peruana Cayetano Heredia