Durante la primera mitad del siglo pasado, las enfermedades prevalentes eran infectocontagiosas y las derivadas de las grandes guerras; hoy,en el siglo XXI, continúan producto de los conflictos por el poder económico y político mundial.

El avance científico y tecnológico con mejora de las expectativas de vida desplazan a las infecciosas, y prevalecen a las enfermedades degenerativas y oncológicas, de tal manera que los órganos y sistemas blancos más importantemente afectados ya no son los clásicos directamente relacionados con el entorno de manera física (sistemas respiratorios, digestivos, etc.) con enfermedades agudas prevenibles; ello sucede para las enfermedades agudas o crónicas, como para aquellas que pueden ser resueltas de manera electiva o en emergencias. En el Perú, EsSalud, en su más grande hospital referencial (Rebagliati), el número de enfermos neuroquirúrgicos que espera cama para ser atendido es entre 800 y 1,000 pacientes, están en los 8 primeros lugares y demoran hasta 100 días para tener acceso (reporte dado en el 2012, en una conferencia de congreso institucional).

En el Hospital Nacional Arzobispo Loayza (MINSA) los casos de neurocirugía de emergencias rechazados consti tuyen el primer lugar con 25 % mensual, aproximadamente, del total de referencias rechazadas (100 150 de un total de 400 a 600). Las enfermedades neuroquirúrgicas de emergencias constituyen entre el 60 a 80 por ciento de la patología de la especialidad y los cuadros más frecuentes presentan síndrome de Hipertensión endocraneana y síndromes medulares progresivos que derivan de patologías como el TEC, TVM, cuadros vasculares y tumorales, según se observa en los cambios estadísticos epidemiológicos.

Entonces el sistema nervioso se constituye en órgano blanco de vital importancia en su manejo actual, para la mejora de las cifras de morbimortalidad, sobre todo en las emergencias de hospitales de alta complejidad, por lo que deberán contar con las más modernas construcciones, de tamaños adecuados, con salas de operaciones multifuncionales que cuenten con equipos e instrumentos de alta tecnología, tal y conforme sean las salas de cirugías electivas y, además, contar con una unidad de cuidados intensivos neuroquirúrgicos con médicos especialistas y comunes para pacientes de emergencias y electivos. En este contexto, los gobiernos y gestores de salud de nivel central, intermedio y jefaturas operativas deben comprender este fenómeno de cambio y ponerse a la altura de las necesidades, de lo contrario, significará que la salud del país seguirá en crisis.

 

Dr. Luis Muñoz