El mercurio (Hg) pertenece al Grupo 12 de la tabla periódica, posee una masa atómica de 200.6, su número atómico es 80 y tiene una densidad relativa de 13,6 (agua=1); por ello se le define como un metal pesado. Se usa en la extracción de oro y plata, en instrumentos de medida, enchufes, lámparas fluorescentes, como catalizador, en las amalgamas dentales, en termómetros, tensiómetros y en algunas vacunas como preservante bajo la presentación del compuesto timerosal (tiosalicilato de etilmercurio, tiomersal, mer-thio-lato), que contiene un radical orgánico etilo (dos carbonos a diferencia del metilo, que posee un carbono).1 La exposición humana a Hg puede ser por inhalación, ingestión o a través de la piel. En el caso del timerosal es a través de vacunas parenterales con la finalidad de evitar la contaminación biológica de los frascos multidosis. El timerosal no influye en la potencia y/o eficacia de la vacuna. La propia OMS señala que “… aunque los conservantes solo son necesarios en las presentaciones multidosis, los fabricantes suelen producir una única formulación a granel, de modo que si el producto tiene presentaciones multidosis y monodosis, estas últimas también contienen el mismo conservante”. Además “… no contienen timerosal las vacunas vivas, como la vacuna antipoliomielítica oral, la vacuna contra la fiebre amarilla y las vacunas contra el sarampión, la parotiditis y la rubéola, puesto que el timerosal mataría el componente inmunógeno”.1 En el Perú no se restringe el uso de presentaciones monodosis con timerosal a pesar que es innecesaria su presencia. La Resolución Ministerial RM 510-2013-Minsa obliga la aplicación de la vacuna antihepatitis B a todos los recién nacidos en los establecimientos del Minsa en las primeras 24 horas después del nacimiento. Lo lamentable es que las vacunas disponibles son monodosis y contienen el preservante. Cabe recordar que la EPA ha determinado que la exposición diaria permitida de Hg sería de 0,1 μg/Kg/día (aprox. 7 μg/día para una persona de 70 Kg). Un recién nacido recibe una vacuna monodosis que contiene timerosal al 0.01% (25 μg de Hg); es decir, una dosis mercurial de más de 8 μg/Kg. No obstante, la exposición a Hg se inicia desde antes del nacimiento de nuestros niños dependiendo de la exposición ambiental sobre la madre y también a través de las vacunas antitetánicas materno-prenatales. En nuestro medio no hay un estricto control ambiental, calidad del agua, control de desechos desde las industrias, etc., lo que acentúa nuestra exposición a Hg en sus variadas formas de presentación. Se señala al Hg como el más peligroso de todos los metales pesados. No tiene ningún rol fisiológico en el metabolismo humano y no existen mecanismos para eliminarlo activamente, por lo que se acumula durante la vida llegando un adulto de 70 Kg a acumular hasta 13 mg de Hg.2 Cuando se describe la excreción renal de Hg, no significa que esa sea su vía metabólica de eliminación; lo que produce es necrosis tubular saliendo por esfacelación.3 El Hg tiene alta afinidad por los grupos thiol (–SH). Este grupo químico está presente en antioxidantes, glutatión (GSH), cisteína, ferredoxinas, metalotioneínas, en la coenzima A, en la succinilCoA y otros. La citotoxicidad por timerosal se asocia a depleción del GSH en las células. La neurona es más sensible al daño que la glía. En una investigación en un modelo de células de neuroblastoma y glioblastoma, a concentraciones de timerosal de 10 μmol/L a 20 μmol/L, la neurona muere luego de 3 horas de exposición a etilmercurio y la glía en 48 horas. La menor tolerancia de la neurona respecto a la glía ante el estrés oxidativo por exposición a Hg se debe a que su disponibilidad de GSH es dependiente del astrocito, quien captura cistina y la transforma en cisteína y luego en GSH.4 El Hg induce disfunción mitocondrial y estrés oxidativo, produciendo despolarización y auto-oxidación de la membrana mitocondrial interna con lipoperoxidación. Afecta al citocromo C, produciendo aumento del peróxido de hidrógeno, depleción del GSH mitocondrial, oxidación de los nucleótidos de piridina (NADPH) y se altera la homeostasis del calcio.2 Los órganomercuriales se distribuyen en el organismo unidos a proteínas, siendo capaces de atravesar la barrera hemato-encefálica y la placentaria. Son biotransformados por desalquilación, perdiendo el grupo orgánico. La desetilación se produce en riñón, hígado y cerebro. Se elimina por las vías biliar, renal, leche y pelo.5 Además del riñón, el otro órgano blanco del etilmercurio es el SNC.3 A diferencia del metilmercurio, el etilmercurio no solo afecta el cerebro. Ambas presentaciones están químicamente relacionadas estrechamente; tienen una similar distribución en el organismo y causan iguales daños en dosis tóxicas. Aunque se describen diferencias –el metilmercurio es más potente- el etilmercurio es modificado más rápidamente a Hg inorgánico, lo que explicaría el daño. El tiempo de vida media sérica del etilmercurio es de 7 a 10 días, lo que supondría un menor riesgo de acumulación; sin embargo, la interacción del metal sucede en un período crítico del crecimiento y desarrollo del SNC. Si la exposición es periódica (cada dos meses como sucede con las vacunas), el riesgo se potencia. Deseo expresar que los pediatras reconocemos la importancia que tienen las vacunas y su implicancia en la Salud Pública. Sin embargo, lo que se presenta trata de exponer con un sentido crítico y científico lo que muchos soslayan: la información básica a nivel químico de lo que representa un metal pesado y la evidencia respecto a la citotoxicidad que ocasiona en organismos cuya naturaleza no ha sido diseñada ni para utilizarlo – ya que no le rinde beneficio metabólico- ni para eliminarlo activamente pues no las tiene rutas metabólicas, a diferencia de otros metales útiles. Por eso se debe aclarar que la toxicidad de los metales pesados no sólo es dosis dependiente, sino por su sola presencia en nuestro sistema. La vulnerabilidad de un organismo en crecimiento y desarrollo (embrión, feto, recién nacido y lactante), no debe ser comparada a la de un adulto. Los avances científicos podrán reducir al máximo la exposición a Hg a través de las vacunas, tal como ya ha sucedido al retirar antisépticos (Hg cromo), calomel (laxante), exfoliantes para la belleza del cutis, e instrumentos médicos. No es posible que los laboratorios farmacéuticos no retiren del proceso final el timerosal al envasar vacunas monodosis o que, como sucede en nuestro medio, un laboratorio distribuya vacunas para el mismo fin con timerosal a nuestro país pero sin el preservante mercurial a los Estados Unidos.

Nota: El Hg representa el 50% en peso del timerosal. Una solución al 0.01% (1 parte por 10,000), de timerosal contiene 50 µg de Hg por 1 ml dosis o 25 µg de Hg por 0.5 ml dosis. La descripción “timerosal al 0.01%” es engañosa y no define claramente que contiene Hg en una cantidad significativa.

 

Dr. Julio César Sánchez Tonohuye
Médico Pediatra-Neonatólogo
Profesor Universitario de Ciencias básicas,
Química Médica
Asociación Médica Peruana