Desde el inicio la pandemia del COVID-19 ha cambiado la vida a todos, incluyendo la población vulnerable de los niños y sus familias en todo el mundo. Al inicio no se sabía mucho sobre la propagación, creando mucha zozobra en las familias, difundir datos reales en lugar del miedo, ofrecer unas pautas con la llegada de la nueva variante Ómicron, la cual es muy contagiosa.
Debemos continuar promoviendo que los recién nacidos, lactante, hijos de madre con Infección por COVID – 19, continúen con Lactancia materna ya que esta, proporciona anticuerpos que protegen a los bebés contra otras infecciones, proporciona beneficios para la salud de los niños durante toda la vida y mejora la salud de las madres. No olvidar usar una mascarilla, lavarse las manos con agua y jabón antes y después de tocar al bebé, y limpiar y desinfectar rutinariamente las superficies que se han tocado.
Los niños pueden enfermarse a cualquier edad con COVID-19. Cerca del 80% de los casos serán leves o asintomáticos. Los síntomas aparecen de 2 – 14 días después de la exposición al virus. Si hay un caso probable o confirmado de COVID-19. Los síntomas comunes son: fiebre, tos, malestar general, mocos, deposiciones líquidas, congestión nasal y dolor abdominal.
Lo más importante es Mantener la Calma, Informar a las personas que estuvieron en contacto con tu bebe, comunícate con tu pediatra y vigilar los signos de alarma que requiera una asistencia médica. Se recomienda el reposo, la hidratación, controlar la fiebre con medios físicos y paracetamol. El aislamiento domiciliario por 10 días.
Fomentemos a continuar con las recomendaciones existentes: mantener la distancia física, uso de mascarilla, lavarse las manos con frecuencia y ventilar adecuadamente los espacios cerrados.
La vacunación en niños 5 años a 11 años con Pfizer, segura, cuenta con efectividad de 90.7%, bien tolerada, nos permite disminuir de la severidad de la infección, la reincorporación presencial a clases de forma segura, generando efecto positivo sobre la salud mental y ayuda a frenar la propagación de variantes.
El impacto en la salud mental en nuestra infancia, ha sido vulnerado, acostumbrarnos a la nueva normalidad, el confinamiento, distanciamiento social, restricciones. Los niños han perdido valioso tiempo de sus vidas lejos de la familia, los amigos, las aulas, alteración de las rutinas y los lugares de recreos. Debemos reforzar la comunicación entre los padres y niños, integrar actividades en familia, reforzar el vínculo afectivo con sus hijos, debemos crear un ambiente seguro sin violencia. Para los niños es fundamental mantener los vínculos con los amigos y compañeros. Promover actividades físicas.
Continuemos promoviendo medidas de prevención y fomentar la administración de las vacunas en la lucha contra COVID-19.
Artículo realizado por Maria Elena Salinas para MÉDICA La Revista.
Pediatra Neonatóloga
CMP: 58602 RNE: 034489 RNSE: S00195