El VIH/sida es un problema de salud pública en el mundo, por Io que sus respuestas deben ser múltiples y desde distintos sectores. A parte del importante papel del sector salud. es prioritario impulsar, desde el sector educativo. la implementación de una educación sexual integral con un enfoque basado en los derechos humanos que fomente relaciones respetuosas entre todos, sin ningún tipo de discriminación y reconociendo la vulnerabilidad en que se encuentran los adolescentes.
En vista de ello, se hace necesario articular el trabajo de los profesionales de la salud y docentes para responder al VIH/sida: la educación sexual integral que se imparte en las escuelas debe ser complementaria al trabajo que se desarrollan en los establecimientos de salud, siempre que los adolescentes cuenten con herramientas que les permitan tomar decisiones que eviten poner en riesgo sus vidas.
Por este motivo, es relevante analizar cómo el ámbito educativo puede impactar en el trabajo que se desarrolla en los centros médicos. El cuestionamiento del conservadurismo al Currículo Nacional de Educación Básica (CNEB), aprobado por el Ministerio de Educación en junio de 2016, se enseña con el enfoque de igualdad de género y no discriminación por orientación sexual presente en dicho documento.
Eliminar este enfoque del CNEB significaría un retroceso en el reconocimiento de derechos sexuales y reproductivos y agudizaría el estigma y la discriminación relacionados con el VIH/sida; la percepción negativa que existe sobre la infección y las personas que viven con este virus debe ser revertida con el involucramiento del personal médico y docente.
Como sociedad no se puede permitir que las prácticas dicriminatorias sean justificadas bajo la libertad de opinión. El rechazo, la minimización y el odio a las personas Lesbianas,
Gays, Trans, Bisexuales e Intersexuales (LGTBI), y a aquellos que tienen distintas confesiones religiosas o simplemente poseen otras formas de vivir, ha sido la consigna del grupo que, en los últimos meses. ha desplegado recursos económicos y humanos para incidir perniciosamente en las políticas educativas. ¿Cuál es su estrategia? Desinformar y apelar a los miedos, prejuicios y tabúes que tiene la mayoría del país
El VIH/sida no distingue género. orientación sexual, identidad de género. situación socioeconómica o etnia. convirtiéndose en un deber reconocer nuestra diversidad para implementar acciones diferenciadas contra este mal dentro del marco de compromisos internacionales que el Estado asumió en el Consenso de Montevideo de Población y Desarrollo de América Latina y El Caribe (2013) y los Objetivos de Desarrollo Sostenible (2015).
El miedo y la desinformación son las principales armas de la facción que se opone a construir una sociedad más justa y con igualdad de género. ¿Queremos un país así? ¿Cómo luchar contra el VIH/sida en una sociedad que avala la discriminación de género y orientación sexual? Usted tiene la palabra, amable lector; pero quienes creemos en la igualdad y la no discriminación seguiremos rechazando este tipo de manifestaciones por ser una cuestión de derecho y justicia.
A nivel mundial. el VIH/sida es considerado uno de los problemas de salud pública más importantes del siglo XX, y en Perú la población adolescente y juvenil es la más vulnerable en contraer este virus: por lo tanto, las intervenciones para el control y prevención de esta afección se orientan a reducir la aparición de nuevos casos en este grupo poblacional al 1 %. En consecuencia. es pertinente reforzar las acciones de prevención, entre ellas la educación sexual integral y la promoción de comportamientos sexuales saludables y responsables.
Mag. Sofía Carrillo Zegarra
Comunicadora Social
Magíster en Gerencia Social
Jefa de Advocacy. Comunicación y Marketing de Inppares