“A los niños no se les estimula con aparatos electrónicos, sino con juegos simples para un mejor desarrollo”

El desarrollo de nuestro cerebro es un proceso complejo, ya que existen varios periodos críticos para un desarrollo cerebral adecuado, siendo uno de los principales la vida intrauterina y el primer año de vida. El desarrollo infantil debe tener un seguimiento de manera regular para la detección precoz de signos de alarma en su evolución normal, y poder lograr el máximo de objetivos potenciales de acuerdo a sus capacidades y habilidades de cada persona.

Se sabe que el neurodesarrollo se da a través de un proceso didáctico de interacción entre el niño y el medio que lo rodea; en consecuencia, se obtiene el proceso de maduración del sistema nervioso con el consiguiente desarrollo de las funciones cerebrales y la formación de la personalidad. Todos los niños tienen tiempos específicos de desarrollo, por el cual los pediatras están atentos ante este y otros sucesos cognitivos, motrices y socio comunicativas que favorecen su correcta y equilibrada adaptación al medio: cumplir el año de vida y no caminar aún, el gateo entre los 8 y 18 meses, no hablar o decir ciertas palabras o frases en los primeros dos años, entre otros acontecimientos.

Se basa en reconocer, anticipar e identificar los posibles riesgos y alteraciones en el sistema nervioso y el resto de subsistemas involucrados con el mismo que pueden tener un impacto negativo en el desarrollo del niño como la crisis sanitaria y el confinamiento. En la pandemia existieron sucesos positivos y negativos para los niños en desarrollo. Como se sabe, al prohibir el contacto físico y las sesiones presenciales, muchos doctores tuvieron que digitalizarse y se activaron las tele consultas. Estas han sido más fáciles para los doctores porque pueden observar al niño en su verdadero entorno.

De esta manera, se puede reconocer ciertas acciones o comportamientos. Eso no ocurriría en una sesión presencial porque los niños no se mostraban de manera transparente al no encontrarse en su entorno habitual, pueden ver los ejercicios que los niños emplean y la guía de los padres hacia ellos. 

Cuando llegó el confinamiento, se les prohibió examinar de manera presencial limitando un diagnóstico más certero. Al estar confinados, los padres tenían mucha más responsabilidad con el desarrollo de sus hijos, sus emociones, sentimientos y acciones tenían como repercusión en ellos.  Las angustias de ciertos padres por no transmitirle el COVID-19 a sus hijos hacía que muchos de ellos decidieron alejarse y le contagian sus miedos, ansiedades y preocupaciones. En varias consultas, hubo un niño que no se podía quedar quieto, iba a lavarse las manos en reiteradas veces, usaba alcohol en cada momento, no quería respirar, tenía miedo de sacarse el tapaboca para poder examinarlo y todo lo aprendió desde casa. Sin duda alguna, no es fácil lidiar con un problema así, muchos padres no pudieron con eso. En otro caso, el niño no se desplazaba correctamente, no tenía ni deseaba hacer contacto y el padre confesó que no le había dado la estimulación necesaria como dar una vuelta al parque o jugar con materiales simples.

Se considera que todas las habilidades cognitivas, motrices, perceptivas y socio comunicativas hacen y generan un crecimiento para los niños desde sus primeros años de vida. Es indispensable observar cada comportamiento mediante terapias de neurodesarrollo para prevenir ciertos desvíos en la comunicación y aprendizaje. 

Redacción MÉDICA La Revista | Edición N°31: TECNOLOGÍA MÉDICA EN PERÚ

Artículo realizado por el Dr. Myriam Gomez.

Lima – Perú | 2023