La enfermedad de Alzheimer causa preocupación en el ámbito médico debido al rápido incremento de su incidencia. Es inusual no recibir preguntas sobre los nuevos tratamientos y más aún sobre una cura definitiva de dicha enfermedad por pacientes y familiares de pacientes diagnosticados con Alzheimer. Hasta el día de hoy no existe cura, sin embargo, existen estudios que nos dan un aliento de esperanza sobre una posible prevención de dicha enfermedad. Veamos lo que algunos investigadores nos dicen.

Algunos investigadores han observado una asociación de la dieta occidental, obesidad, consumo de alcohol, uso de productos de tabaco con un incremento de la enfermedad de Alzheimer (1). Existen estudios que muestran un incremento en la incidencia de Alzheimer en poblaciones que migraron de su país natal a un país Occidental (Estados Unidos) y adoptaron la dieta de dicho país Occidental comparado con las personas de su mismo país original, el mismo grupo étnico y que consumieron los alimentos de su país oriundo (2), (3).

White y compañía tienen un estudio interesante. Ellos estudiaron la prevalencia de demencia entre dos grupos de Japoneses que viven en Estados Unidos y Japoneses que viven en Japón. La prevalencia de Alzheimer era mayor en la población Japonesa-Americana que vivía en Estados Unidos que los Japoneses que vivían en Japón. A su vez, el primer grupo tenía una prevalencia similar de Alzheimer que la población de descendencia Europea (4).

Giem investigó la evidencia de demencia en dos cohortes de sub-estudios. El primer estudio tuvo residentes de California que eran veganos, lacto-ovo vegetarianos, y fueron comparados con personas que consumían como alimento principal carne. El segundo sub-estudio fue un gran grupo de residentes de Loma Linda, California. Los resultados fueron muy interesantes; el grupo que comía carne duplicó la presencia de demencia que el grupo vegetariano. Además, hubo una tendencia de demencia tardía en el grupo vegetariano en ambos sub-estudios. A pesar que no existe una conclusión definitiva de dicha diferencia, ellos encontraron que el grupo vegetariano tenía menos incidencia de enfermedades crónicas tales como cáncer de mama, y enfermedades coronarias que podrían contribuir con la disminución de la incidencia de demencia. Otra posibilidad que se discutió en la investigación fue la probabilidad que el consumo de carne prevalente y el poco consumo de frutas, vegetales, legumbres podría contribuir con los resultados que se obtuvieron en los sub-estudios.

Por otra parte, Smith estudio el rol del estrés oxidativo con la patogénesis de Alzheimer. Ellos estudiaron un grupo de personas de África y Japón que adoptaron la dieta occidental y tuvieron un incremento en la incidencia de Alzheimer comparado con el mismo grupo étnico que vivía en sus propios países y que no adoptaron la dieta Occidental (6).

Galvin resalta en su artículo que la dieta Mediterránea (es consiste en altos niveles de cereales, vegetales, legumbres, frutas, pescado y de ácidos grasos insaturados además dicha dieta tiene baja cantidad de grasas saturadas, productos ovo-lácteos y carne) podría ser asociado con menor mortalidad en la enfermedad de Alzheimer (7).

Mientras no exista un postulado definitivo sobre qué puede curar o limitar la Enfermedad de Alzheimer, existen estudios que muestran un evidente beneficio de la dieta vegetariana comparada con la dieta donde predomina el consumo de carne nos solo como un factor protector pero también para la disminución de otras condiciones médicas. Existen todavía más estudios por hacer y cosas que descubrir, sin embargo una buena dieta debería ser adoptada prioritariamente por para cada uno de nosotros para mejorar la calidad de nuestra salud y vida.

  1. Grant, William. (2013). Trends in Diet and Alzheimer’s Disease During the Nutrition Transition in Japan and Developing Countries. Journal of Alzheimer’s disease : JAD. 38. 10.3233/JAD-130719.
  2. H C Hendrie, A Ogunniyi, K S Hall, O Baiyewu, F W Unverzagt, O Gureje, S Gao, R M Evans, A O Ogunseyinde, A O Adeyinka. Incidence of Dementia and Alzheimer disease in 2 communities: Yoruba residing in Ibadan, Nigeria, and African Americans residing in Indianapolis, Indiana. Jama 2001 285(6):739 – 747.
  3. L White, H Petrovitch, G W Ross, K H Masaki, R D Abbott, E L Teng, B L Rodriguez, P L Blanchette, R J Havlik, G Wergowske. Prevalence of dementia in older Japanese-American men in Hawaii: The Honolulu-Asia aging study. Jama 1996 276(12):955 – 960.
  4. White L, Petrovitch H, Ross GW, et al. Prevalence of Dementia in Older Japanese-American Men in Hawaii: The Honolulu-Asia Aging Study. 1996;276(12):955–960. doi:10.1001/jama.1996.03540120033030
  5. Giem, P., Beeson, W. L., & Fraser, G. E. (1993). The Incidence of Dementia and Intake of Animal Products: Preliminary Findings from the Adventist Health Study. Neuroepidemiology, 12(1), 28–36. doi:10.1159/000110296
  6. Smith, M. A., Petot, G. J., & Perry, G. (1999). Diet and Oxidative Stress: A Novel Synthesis of Epidemiological Data on Alzheimer’s Disease*. Journal of Alzheimer’s Disease, 1(4-5), 203–206. doi:10.3233/jad-1999-14-502
  7. Galvin, J. E. (2007). Pass the grain; spare the brain. Neurology, 69(11), 1072–1073. doi:10.1212/01.wnl.0000275542.03820.b1

 

Escribe:

Dr. Melissa F. Cowgill – Hinostroza

Medicina General

Miembro de American Medical Association (AMA)

Certificaciones ECFMG, BLS, ACLS