Como se conoce, el asma es una enfermedad inflamatoria de las vías aéreas, que actualmente cobra gran importancia por el aumento en su prevalencia a nivel mundial. Pero existen novedades con respecto al conocimiento de su fisiopatología, el desarrollo y mejora de la sensibilidad de las pruebas diagnósticas, así como, el mayor conocimiento de la acción de los medicamentos.
En los últimos años, importantes avances en bioquímica y especialmente en biología molecular en el campo de los alérgenos recombinantes, han permitido la detección y cuantificación de anticuerpos IgE (Inmunoglobulina E) específicos a alérgenos, a componentes proteicos y a péptidos que emulan epítopes. Con estos hallazgos se ha evolucionado a un nuevo concepto en el diagnóstico de la alergia, el llamado Diagnóstico Molecular.
Análisis efectuados mediante biochips o microrrays realizados con una pequeña muestra de suero de la sangre permiten identificar y determinar múltiples anticuerpos específicos contra componentes alérgicos naturales en simultáneo y en poco tiempo.
El diagnóstico molecular hace posible discriminar si la alergia es genuina o si es debida a reacciones cruzadas con proteínas o con estructuras proteicas similares. Con esta técnica se determina exactamente a qué es sensible el paciente pudiendo establecer patrones individualizados, identificando y seleccionando el alérgeno o alérgenos adecuados para la inmunoterapia específica. También nos permite evaluar el riesgo de gravedad de una reacción alérgica, de forma personalizada, y nos ayuda a predecir el curso natural de la enfermedad.
Antes, el diagnóstico de la alergia se realizaba determinando la sensibilidad cutánea frente a un extracto o a un compuesto de diferentes proteínas obtenidas de un extracto; no se diferenciaban cuáles eran las proteínas específicas ante las que un individuo podía reaccionar o ser alérgico.
En mi opinión, el avance que supone esta técnica es lograr identificar la proteína que causa la sensibilización y que es responsable de los síntomas de la alergia, de tal manera que va a suponer un gran beneficio para el paciente alérgico al disponer del diagnóstico certero; y de este modo podremos indicar el mejor tratamiento, dirigido a atacar únicamente el componente molecular que desencadena la reacción alérgica.
Es como pasar de la “subjetividad” de entender la reacción que se produce en la piel con las pruebas cutáneas a lo “objetivo” de identificar exactamente, de forma individualizada, la molécula que desencadena la reacción alérgica.
Dr. Pedro Álvarez-Calderón Prat
Especialista en Neumología y Alergia Respiratoria
Profesor asociado de la Facultad de Medicina de Santiago de Compostela