La automedicación es un peligro latente a nivel global, y dentro de la coyuntura actual por la pandemia, el riesgo de caer en esta mala práctica se eleva. Basado en datos ofrecidos por la Organización Mundial de la Salud (OMS), más de la mitad de los medicamentos a nivel mundial se prescriben, dispensan o venden de manera inapropiada y el 50% de los pacientes no toma sus medicamentos correctamente. A nivel nacional, según la Revista Peruana de Medicina Experimental y Salud Pública del Instituto Nacional de Salud, “el 53.4% de usuarios de boticas y farmacias en el Perú compran antibióticos sin receta médica.”
Existen diversos riesgos involucrados con la automedicación, entre estos están la posibilidad de anular los efectos de otros medicamentos, generar resistencias, no saber si está consumiendo la dosis adecuada y la aparición de reacciones adversas, lo que puede incrementar el riesgo de morbilidad y mortalidad.
De igual manera, la OMS sigue educando a las personas contra la automedicación, en particular con antibióticos para prevenir o curar la COVID-19, ya que estos medicamentos solo son eficaces contra las infecciones bacterianas. Las maneras más eficaces de protegerse a uno mismo y a los demás frente a la COVID-19 son lavarse las manos con frecuencia, cubrirse la boca con el codo o con un pañuelo de papel al toser y mantener una distancia de al menos 1 metro con las personas que tosen o estornudan.