La estación de invierno es una de las estaciones del año en las que es frecuente contraer más enfermedades respiratorias. A diferencia de otras estaciones, las temperaturas en invierno descienden y las condiciones ambientales facilitan las transmisiones de diversos virus, en donde la población más afectada son los niños y adultos mayores, que corren el riesgo de contagiarse de estas enfermedades respiratorias.
Si bien la mayoría de las personas que se infectan de la gripe, tienden a presentar síntomas como la fiebre, dolor de cabeza, escalofríos, tos o estornudos; en el plazo de una semana logran recuperarse sin necesidad de ir a un médica. No obstante, una gripe mal curada puede causar otras enfermedades graves, e incluso la muerte, especialmente en la población más afectada.
¿Por qué nos enfermamos más en invierno?
Según el Dr. Rodrigo Santos Santamarta, miembro del Grupo de Trabajo de Enfermedades Infecciosas de la Sociedad Española de Médicos Generales y de Familia (SEMG), sostiene lo siguiente: “Se debe a la suma de varios factores: el principal es que la mayoría de virus respiratorios estacionales se replican con mayor avidez y su cubierta lipídica es más resistente, lo que ayuda a que sobrevivan más tiempo a temperaturas más bajas, como las que tienen nuestras vías respiratorias altas (como la nariz, en torno a 33ºC), que es por donde suelen entrar dichos virus. Otro de los factores es que, a estas temperaturas, y en estos lugares de nuestro cuerpo, el sistema inmune es menos eficaz. Por otro lado, en invierno solemos pasar más tiempo en lugares cerrados, con menor ventilación y más concurridos”.
Por lo tanto, las mucosas nasales impiden el paso de microorganismos capaces de generar alguna enfermedad, así como ayuda a mantener la humedad de nuestras vías respiratorias.
Enfermedades respiratorias
Algunas de las enfermedades respiratorias más comunes en la temporada de invierno son la siguientes:
- Resfriado: Enfermedad más común en invierno. Suele durar entre tres y cinco días.
- Gripe: Tiene una similitud con el resfriado, sin embargo es de intensidad mayor. Los síntomas más comunes son fiebre, dolor de cabeza, escalofríos, tos seca, dolor de garganta, etc.
- COVID-19: La actual situación frente a la COVID-19 ha venido frenando la enfermedad. Si bien tiene un gran parecido con la gripe, se caracteriza por presentar los síntomas de la pérdida del olfato y gusto.
- Faringitis: Inflamación en la faringe o garganta. Los síntomas más habituales son el malestar general, fiebre, dolor de garganta y enrojecimiento de la faringe.
- Bronquitis: Inflamación aguda de los bronquios. Los síntomas incluyen tos con mucosa espesa y dificultad para respirar.
- Neumonía: Inflamación de los pulmones. Se requiere diagnóstico médico para confirmar una neumonía, como puede ser una radiografía de tórax. Los síntomas pueden ser fiebre, escalofríos, dolor de pecho al estornudar o toser, dificultad para respirar y falta de apetito.
Debemos tomar en cuenta las siguientes acciones si queremos evitar alguna enfermedad respiratoria en esta temporada de frío.
- Evitar los cambios bruscos de temperatura y corrientes de aire. Pasar del calor al frío repentinamente puede alterar algunas funciones fisiológicas.
- Ventilar las habitaciones durante al menos 10 minutos al día.
- Abrigarse bien, utilizar gorro, guantes, bufanda Aunque evitar abrigarse mucho en ambientes con calefacción.
- Estornuda correctamente, utiliza un pañuelo desechable.
- Lava las manos a menudo, especialmente después de estornudar o toser y al regresar de la calle.
- Evita tocarte los ojos, la nariz y la boca con las manos sucias, ya que son la vía de entrada de virus al cuerpo.
- Si el frío es muy extremo permanece en casa y procurar salir solamente si es necesario y recuerda usar ropa gruesa.
- Usa suficientes cobijas durante la noche, que es cuando más baja la temperatura.
- Si tienes alguna infección respiratoria no te automediques, acude a tu médico para prevenir complicaciones.
- Si presentas fiebre u otros síntomas gripales, acude de inmediato a tu médico.
- Realizar actividad física: al practicarla no abrigarse en exceso, usar un calzado antideslizante que prevenga las caídas, y protegerse las orejas y las manos.
