El coaching para personas con el diagnóstico de TDAH (Trastorno por Déficit de Atención con Hiperactividad) se ha desarrollado desde la década de los años 90 en EEUU y desde el 2004 en nuestro país, introducido por la Asociación Peruana de Déficit de Atención. El coaching de TDAH forma parte del coaching educativo y se centra en el trabajo de las funciones ejecutivas, además de atender los síntomas que definen el TDAH: desatención, hiperactividad e impulsividad.

Al iniciar un proceso de coaching de TDAH es importante realizar una evaluación de las seis funciones ejecutivas comprometidas que señala Brown: activación (organizar, priorizar, activarse para trabajar), enfoque (focalizar la atención, mantener la atención, alternar la atención), esfuerzo sostenido (regular el estado de alerta, mantener el esfuerzo, procesar la velocidad), emoción (manejar las frustraciones, modular las emociones), memoria (utilizar la memoria de trabajo, acceder a la memoria) y acción (monitorear, autorregularse).

Parte de la labor del coach de TDAH es relacionar las dificultades de la persona con la función ejecutiva afectada; por ejemplo, si el joven o adulto refiere que con mucha frecuencia le sucede que recuerda las tareas a realizar, pero no logra sentarse a ejecutarlas, el coach le explicará lo que es la función de activarse para trabajar y le hará preguntas para explorar su realidad en torno a esta situación.

Como en todo proceso de coaching, se identifica la meta que el coachee (persona que recibe el coaching) desea trabajar, se explora la realidad en torno a la situación descrita, se barajan diversas opciones que desee trabajar y se llega al compromiso (acción final que se compromete a realizar para alcanzar su objetivo).

Las personas acuden al coaching porque ven que su desempeño no es el que desean, sienten que hay algo que les dificulta alcanzar sus objetivos y no entienden qué les sucede. En el proceso de coaching aprenden sobre su propio TDAH, sobre las funciones ejecutivas que las están frenando, y esto les da un alivio grande ya que dejan a un lado las etiquetas de “irresponsable”, “flojo”, “lento”, etc. para centrarse en sus habilidades y desde ellas incorporar estrategias que les sean útiles para manejar las funciones ejecutivas comprometidas. El coach de TDAH, utilizando preguntas abiertas, indaga en qué áreas de la vida de la persona se presentan dificultades: cuidado personal (salud, alimentación, deporte, ocio), familiar, social, académica, laboral (en el caso de los adultos), entre otras.

En el caso de los niños, el coaching de TDAH es grupal —a partir de los 9 años—, y se realiza en base a dinámicas lúdicas para, a partir de ellas, llevar a la reflexión y compromiso; es algo directivo, a diferencia del coaching con jóvenes y adultos. Además, se trabaja con los padres para que apoyen desde la casa a que su hijo logre la meta propuesta. En el trabajo con los padres se les orienta según las necesidades identificadas; puede ser cambiar su tono de voz, las palabras que utilizan para dirigirse a sus hijos, incorporar el aliento, etc.

Además de las preguntas efectivas, el coach debe ser empático, escuchar más allá de las palabras, identificar las habilidades del coachee, ser curioso y abierto de mente (no emitir juicios); todo ello llevará a que el coachee se sienta a gusto y motivado a trabajar para alcanzar sus objetivos. 

El coach de TDAH debe tener la formación en esta especialidad de coaching para conocer a fondo las bases, desarrollo, características e implicancias de este trastorno, y ayudar de manera efectiva al coachee. Por ejemplo, muchas personas con TDAH suelen tener pensamientos extremos: todo o nada, y ahí hay que trabajar la flexibilidad de pensamiento, para que identifiquen todo lo que hay en el medio de esos extremos.

El coaching de TDAH es un proceso de aprendizaje en el cual la persona adquiere conciencia y responsabilidad sobre sus propios actos, asumiendo un rol protagónico en su vida. El coaching propicia un círculo virtuoso donde el logro alcanzado produce emociones y pensamientos positivos que son la gasolina de la motivación. 

 

Beatriz Duda

Coach de TDAH, docente

Presidenta de la Asociación Peruana de Déficit de Atención