Según el SEOM (Sociedad Española Oncológica Médica) el cáncer renal es una enfermedad en la que se encuentran células malignas o cancerosas que se originan en el revestimiento de los túbulos del riñón (en la corteza renal). Las células cancerígenas crecen de manera descontrolada y sobrepasan el número de células normales. Lo que al cuerpo le resulta difícil funcionar correctamente.
Este tipo de cáncer, se puede propagar en otras partes del cuerpo, a esta propagación de las células del cáncer se le llama metástasis. El Instituto Nacional del Cáncer la define como Diseminación de células cancerosas desde el lugar donde se formó el cáncer por primera vez hasta otra parte del cuerpo.
Diagnóstico
El cáncer de riñón se puede detectar gracias a pruebas de laboratorio o estudios por imágenes que se realizan a una persona. Estos exámenes, consisten en estudiar las muestras de células renales en el laboratorio, o, a veces, por la forma en que el riñón se ve en un estudio por imágenes. Las pruebas de laboratorio nos permite indicar con certeza si el paciente tiene cáncer de riñón, o puede dar indicio de que puede haber un problema con los riñones.
Estudios por imágenes para detectar cáncer de riñón
Los estudio por imágenes se realizan por varias razones, incluyendo:
- Encontrar áreas sospechosas que podrían ser cancerosas
- Saber cuán lejos se podría haber propagado el cáncer
- Ayudar a determinar si el tratamiento es eficaz
- Detectar posibles signos del cáncer que regresa después del tratamiento
Prevención
La causa de un diagnóstico de tener un cáncer de riñón se desconoce; en otros casos, cuando la causa se conoce (condiciones hereditarias), el cáncer no puede ser prevenido.
Sin embargo, existen algunas medidas que pueden reducir el riesgo de contraer esta enfermedad.
- No fumar: El hábito de fumar cigarrillos tiene un porcentaje alto de padecer cáncer renal. Al fumar, retrasa el flujo de sangre y mientras más cigarrillos se consumen, afectan a las funciones de otros órganos.
- Regular el nivel de glucosa: Es importante realizarse pruebas regularmente para medir tu nivel de azúcar en la sangre. La mitad de los pacientes con diabetes suelen desarrollar algún daño renal.
- Controlar la presión arterial: El nivel de presión normal es menor a 140/90. Si presentas un nivel de presión alto, debes realizar una consulta a tu médico para conocer todos los riesgos y qué cambios hacer en tu rutina.
- Dieta baja en grasa y sodio: La obesidad, tiene una estrecha relación con el cáncer de riñón, por ello, la dieta debe incluir un alto contenido de vegetales y frutas, y un bajo porcentaje de grasa. Es recomendable reducir el consumo de sal.
- Consumir líquidos saludables: Beber entre 1.5 litros y 2 litros de agua al día es más que suficiente para mantener una buena salud. Además, ayuda a limpiar la urea, las toxinas y el sodio del riñón, lo cual mejora el funcionamiento renal.