La revista Sports Medicine publicó este año un estudio que confirma que caminar después de comer, reduce el nivel de azúcar en la sangre. Un hábito que, acompañado de una dieta balanceada, trae a las personas un gran beneficio para su salud.
Los investigadores analizaron los resultados de siete estudios que compararon los efectos de sentarse y pararse o caminar en las medidas de la salud del corazón, incluidos los niveles de insulina y azúcar en la sangre.
De los cinco estudios evaluados en este artículo, ninguno de los participantes tenía prediabetes o diabetes tipo 2. Los dos estudios restantes analizaron a personas con y sin estas afecciones. A los participantes se les pidió que se pusieran de pie o caminaran entre 2 a 5 minutos, a lo largo del día cada 20 a 30 minutos.
Los siete estudios encontraron que unas pocas caminatas de baja intensidad después de una comida fueron suficientes para mejorar significativamente los niveles de azúcar en la sangre en comparación con sentarse en un escritorio o acostarse en el sofá. A medida que los participantes caminaban una distancia corta, sus niveles de azúcar en la sangre subían y bajaban gradualmente.
Sin embargo, si bien una caminata rápida es buena para su salud en cualquier momento, una caminata de 60 a 90 minutos después de una comida es especialmente útil para minimizar los picos de azúcar en la sangre cuando los niveles de azúcar en la sangre tienden a alcanzar su punto máximo.