Contar con un plan alimenticio ajustado a nuestras necesidades para conseguir ciertos objetivos puede ser satisfactorio, pero orientarlo para preservar un óptimo estado de salud, puede evitar complicaciones relacionadas a las enfermedades cardiovasculares (ECV). 

La inclusión de alimentos ricos en grasas monoinsaturadas y poliinsaturadas como los frutos secos, las nueces y los cacahuates (maníes) son una fuente directa que abarca compuestos cardioprotectores, según algunos estudios. 

Asimismo, es importante desglosar de manera específica algunos alimentos de esta característica y su impacto favorable en la salud. Se comprobó que el consumo de maní reduce de forma importante los niveles de colesterol total. 

Las nueces influyen en la reducción de los niveles de colesterol LDL (lipoproteínas de baja densidad), lo cual se traduce en la reducción de los riesgos de sufrir una aterosclerosis, una enfermedad que condiciona el estado de las arterias coronarias y que, clínicamente, los profesionales de la salud orientan su pronóstico al padecimiento de un síndrome coronario agudo o infarto agudo de miocardio (IAM). 

Otro aspecto beneficioso del consumo de frutos secos, es que estos aportan ácido fólico, lo cual se traduce en la disminución de probabilidades de problemas cardiovasculares. 

La base nutricional y dietética es fundamental para establecer cantidades esenciales de consumo de frutos secos para mantener un estado de salud cardiovascular íntegro. 

De acuerdo con un estudio publicado en European Heart Journal, el enfoque nutricional de una dieta mediterránea podría ser sugerida como una alternativa en la prevención primaria de ECV respecto a las dietas bajas en grasas, ya que los resultados mostraron que existía una cifra mayor en el primer enfoque en cuanto al porcentaje de grasas que tenía el segundo tipo de dieta. 

En suma, la efectividad de la dieta mediterránea prevalece por la inclusión de elementos nutricionales como el aceite de oliva virgen extra, cuyo aporte representa un alto nivel de polifenoles que promueven la reducción y prevención de la activación plaquetaria, relacionada directamente con la aterosclerosis.