En el contexto actual caracterizado por un rápido aumento del número de casos de COVID-19, por la variante Ómicron (linaje B.1.1.529 del virus SARS-CoV-2) que, ha dado inicio a la tercera ola en el Perú, con un aumento vertical de casos confirmados. Es relevante destacar el aumento abrupto del consumo de pruebas diagnósticas.

Ante esta situación el Ministerio de Salud (Minsa) en coordinación con el Instituto Nacional de Salud (INS), viene implementando puntos de descarte gratuito a nivel nacional, utilizando pruebas antigénicas, para diagnosticar la infección por el SARS-CoV-2, rápida y menos costosa que la prueba molecular (qRT-PCR).

Hasta el momento, la detección del genoma viral de SARS-CoV-2 mediante la prueba molecular (qRT-PCR), es el método recomendado para la identificación y confirmación en el laboratorio de los casos de COVID-19, con una sensibilidad del 95% y una especificidad del 99.5%.Esta técnica presenta como inconveniente que es relativamente costosa, lenta y compleja; por lo que la mejora de los métodos diagnósticos es un reto.

Mientras tanto, las pruebas antigénicas están ideadas para detectar directamente las proteínas del SARS-CoV-2 producidas por los virus que se están replicando en las secreciones respiratorias o en la saliva y se han desarrollado como pruebas de diagnóstico rápido en el lugar de la consulta.

Actualmente, con la variante Ómicron se están empezando a presentar dos problemas importantes: a) es altamente infectiva, y b) no desarrolla mucha carga viral. 

Es por ello que, al existir tantas marcas que se vienen comercializando, la OMS aconseja el uso de las pruebas antigénicas, en personas que presentan una elevada carga vírica (en los primeros 5 a 7 días de la enfermedad) y estas pruebas deben cumplir con estándares mínimos de rendimiento, consistentes en una sensibilidad ≥ 80% y en una especificidad ≥ 97%. 

Por consiguiente, la principal prioridad en el control de la COVID-19 – variante Ómicron, es desplegar los recursos humanos y logísticos disponibles con el objeto de detectarlo rápidamente en las personas sintomáticas y en los contactos de los casos probables o confirmados, y facilitar que cumplan las medidas de contención, como el aislamiento.

El uso de las pruebas antigénicas tiene como contrapartida una sensibilidad y una especificidad menor que la PCR, por esta razón se recomienda que, para que los resultados de éstas pruebas sean fiables se deben realizar en áreas donde se está produciendo transmisión comunitaria, con una tasa de positividad de pruebas moleculares igual o superior al 5%. 

Queda a criterio del médico decidir si las pruebas antigénicas negativas han de ser confirmadas con una prueba molecular o, si no se dispone de esta, repetir la prueba antigénica (en el plazo máximo de 48 horas) según la situación epidemiológica, los antecedentes y el cuadro clínico del paciente y los recursos de análisis disponibles.

 

Artículo realizado por Lilian Puente para MÉDICA La Revista.

Médico Patólogo Clínico

CMP: 53306  RNE: 43390